Características de un salón clásico pero no anticuado

Decorar un salón con un estilo clásico es éxito asegurado. Si te gustan la decoración elegante, pero no quieres que nadie te acuse de estar pasado de moda, toma nota de los trucos que te vamos a dar para conseguir un ambiente clásico, y para nada anticuado.
- De buena base
- Renovado gracias al color
- Telas con cuerpo
- Piezas artesanales
- Molduras en el techo y cornisas
- Tapiza, empapela, pinta
- Y no te olvides de los detalles
De buena base

Con techos altos, suelos de mármol, hidráulicos, de damero o madera, arrimaderos en las paredes y puertas con cuarterones de cristal. Un salón clásico tiene una base muy elegante que siempre es de admirar. ¿Te gusta el parqué? Entonces ponlo con forma de espiga o de espina de pez. El parqué de madera es un símbolo de lujo y exquisitez al que pocos se pueden resistir. Se puede restaurar si con el tiempo se han deteriorado, acuchillar y barnizar para que luzca tan elegante y sofisticado como el primer día. Si tienes parqué en casa, no te lo pienses, ¡recupéralo! En las casas centenarias suele haber contraventanas, puedes actualizarlas pintándolas a juego con las puertas. ¡Quedarán impecables! ¿Tiene chimenea el salón? Cerrada o abierta, forrada con lamas de madera, con mármol o cemento... Es un básico que acompaña a los salones con más clase.
Renovado gracias al color

Ni blanco, ni gris, ni beige... No hay reglas escritas sobre el color del que se debe pintar un salón para no minimizar su elegancia. Nuestro consejo es que partas de una base clara y a partir de ahí te atrevas con el color. En la trasera de las librerías, en las molduras, las puertas... Si la carpintería es oscura, atrévete con sofás de diseños y colores diferentes, o incluso alguna pieza de color llamativo. ¿Quieres que se llene de luz? Apuesta por los espejos con o sin marco. Un pilar molesto se puede forrar con cristal, también el fondo de una librería, la tapa de la mesa de centro... Elige una paleta de color y mantenla hasta el final también en los complementos.
Telas con cuerpo

Con cortinas que arrastren un poquito y telas de calidad y con caída. Si las tuyas aún te gustan, pero con el tiempo se han quedado algo cortas, puedes añadirles un faldón para que crezcan y a la vez luzcan más. En las salas más clásicas, no pueden faltar unas buenas cortinas. De lino, seda, tul, organza, terciopelo... Las cortinas lisas son atemporales, pero las oscuras siempre cobran más protagonismo. Cortinas y estores son una combinación ideal cuando queremos desencasillarnos un poco de lo que se espera en un salón clásico. ¿Y dobles cortinas? Solo si la ventana es muy grande y tiene buena luz. En cuanto a colores, los claros si buscas atemporalidad; burdeos, verde botella, azul petróleo, para ganar posiciones en el ranking del glamour.
Piezas artesanales

¿Tienes un mueble antiguo? ¿Un escritorio, una librería, una vitrina o un vajillero...? Deja que se convierta en el protagonista de la sala. Los muebles de toda la vida y las piezas talladas (mesas, espejos...) añaden clase a cualquier ambiente. Si están deteriorados se pueden restaurar para que luzcan impecables o incluso decaparse para conseguir un look vintage muy en tendencia. ¿Y se puede mezclar nuevo y viejo sin problema? Claro que sí. Ese mix conseguirá que la sala presuma de carácter y esencia propia. Elige muebles con formas curvas y patas troqueladas para triunfar. Tradición y modernidad no están reñidas.
Molduras en el techo y cornisas

Muchos salones clásicos cuentan con molduras originales en el techo. No se te ocurra quitarlas pensando que se han pasado de moda. Lo mismo pasa con los rosetones, son ornamentos que dan vida a cualquier ambiente, y sirven también para zonificar el espacio. Si tiras algún tabique o comunicas habitaciones, siempre puedes proyectar el conjunto para conservarlas. Si tu salón no tiene, pero te gustaría contar con ellas en techos, paredes, ventanas o puertas tienes la opción de ponerlas tú. Las nuevas de poliestireno son muy fáciles de cortar y pegar dónde quieras. Además se pueden pintar por encima. Aprovecha que las pones para disimular imperfecciones de la pared, remarcar una zona en concreto, ocultar los rieles de las cortinas, o pasar tiras de luces de LED por detrás.
Tapiza, empapela, pinta

Una butaca, un puff, un viejo sillón, las sillas... Tapiza todo lo que se pueda tapizar con tejidos de calidad, para conseguir un extra de buen gusto. El papel pintado con textura de tela y dibujos naturales o con relieves clásicos, te servirá para dotar de mucha personalidad a las paredes. Llénate de pasión por lo antiguo y disfruta haciendo mezclas que contrarresten la esencia clásica de la sala, con otros detalles más modernos. ¿Sabes que los radiadores se pueden pintar? Los de hierro de toda la vida con el tiempo pierden brillo y color. Dales una nueva vida pintándolos a pistola para que queden impecables.
Y no te olvides de los detalles

Si tienes miedo de pasarte de formal, utiliza alfombras de fibras naturales, cojines en tonos vivos y plantas naturales para restarle sobriedad al conjunto. El verde no puede faltar, es un color que además está muy de moda. ¿Y si en lugar de las puertas clásicas pones una corredera de madera o con hierro y cristal? Le puede dar un aspecto super actual, a la vez que conseguimos mucho espacio extra dentro de la sala. La elección de las lámparas, los muebles y del resto de elementos decorativos será la que determinará la edad final del conjunto, ¡así que no pierdas detalle! Tu salón puede mutar de clásico a boho, chic, vintage, ecléctico, contemporáneo o femenino, partiendo de la misma base, gracias a todos esos detalles que lo convierten en exquisito. La mezcla siempre suma personalidad.