Cada cuánto debes lavar toallas, mantas y sábanas

Todos sabemos que es básico lavar la ropa blanca que tenemos en casa: los trapos de la cocina, las toallas, las sábanas o las mantitas del sofá... Lo que ya no tenemos tan claro es cada cuánto tiempo se deben de lavar para evitar gérmenes, bacterias y un montón de cosas realmente desagradables que, aunque no las veas, campan a sus anchas por tu casa. En esta mini guía te damos las claves para que lo hagas bien, y algún truco para que no se te vuelva a ir de las manos. Tómate el tema en serio. Aunque no te lo creas, esto afecta a tu salud.
- Las sábanas
- Fundas y rellenos
- Ropa de dormir
- Mantas, colchas, cubrecamas, mantitas del sofá.
- Toallas de baño, de mano e íntimas
- Trapos de la cocina
- Y no te olvides de la lavadora (y la secadora)
Las sábanas

Mientras dormimos nuestras sábanas recogen gérmenes, sudor, restos de maquillaje y un largo etcétera de cosas que dan mucha aprensión. Más todavía si dormimos desnudos o en ropa interior. Por eso, lo ideal es lavar las sábanas y fundas nórdicas todas las semanas.
Un truco para que te cueste menos: marca un día de la semana y retira toda la ropa de cama al levantarte. Dejar la cama sin hacer no es tan malo como decía tu madre. Así se airea el colchón y puedes volver a poner la misma ropa de cama limpia y perfectamente seca (muy importante) por la noche.
Los tejidos sintéticos piden agua tibia o fría, los de algodón pueden llegar a 60 grados. Algunos aprovechan para meter todas las sábanas de la casa a la vez (siempre que la capacidad de la lavadora lo admita) y ahorrar energía. Ojo con pasarse y llenar demasiado la lavadora: no saldrán limpias y tendremos que lavarlas otra vez.
El tema de usar o no secadora por ser más higiénico, depende. Lo que es seguro es que para personas con alergias a ácaros y pólenes, una secadora puede ayudar a evitar brotes o recaídas.
Y no te olvides del protector del colchón (el de tu cama, o el impermeable de la cama del niño) hay que lavarlo todos los meses y secarlo al aire (o en secadora a baja temperatura).
Fundas y rellenos

Otro paraíso para todo tipo de bichos. Para evitar problemas, lava las fundas de las almohadas con la misma frecuencia que las sábanas, y los rellenos de los cojines como mínimo 2 veces al año (lo ideal sería en cada cambio de estación).
Recalcamos la importancia de consultar la etiqueta. No es lo mismo un relleno sintético que uno de plumas. Cuidado con los botones, las borlas... Es posible que tengas que retirar estos adornos antes de meterlos en la lavadora.
¿Te lías con los símbolos de la lavadora? Para no volver a meter la pata imprime los símbolos de lavado y deja siempre esta chuleta a mano. Algunos la enmarcan y la utilizan como decoración en el cuarto de lavado.
Ropa de dormir

Ese pijama añejo que solo conocen los muy íntimos y algún mensajero, se tiene que lavar con frecuencia (aunque se caiga a trozos). Lo mismo con la camiseta de algodón suave que adoras y que te da miedo que encoja, o los calcetines gorditos que, en contra de todas las recomendaciones, te ayudan a dormir con los pies calentitos. Toda la ropa que usas para dormir se tiene que lavar a menudo para evitar que se convierta en una guarida de bacterias.
Para prevenir y no curar, acostúmbrate a tirar el pijama a lavar cada vez que cambias las sábanas. O sea, todas las semanas, ¡sin excusas!
Mantas, colchas, cubrecamas, mantitas del sofá.

Hay más textiles en casa que dejamos caer sobre las camas o que incluso nos envuelven en el sofá y que tienen poco de asépticos. No pases olímpicamente de ellos. No se lavan todas las semanas, pero cada 3 meses (aprovechando ese día de limpieza general) hay que hacer que pasen por la lavadora.
Los materiales pueden ser muy diversos y habrá que fijarse bien en las instrucciones de lavado de cada uno. Ante la duda: lavados cortos, agua fría y no usar secadora. Por supuesto si algo viene marcado con el símbolo de limpieza en seco, mejor no arriesgarse. Directo a la tintorería.
Toallas de baño, de mano e íntimas

Los expertos aconsejan que cada uno tenga su toalla de baño y que se cambie cada 3 días. Pero depende mucho de si tienes costumbre de sacarla al aire para que se seque bien después de cada uso, o de si utilizas un toallero eléctrico. Lo ideal sería lavarlas todas las semanas con agua templada. Las de mano y las íntimas se tienen que lavar mucho más a menudo: dos veces por semana podría estar bien. ¿Y por qué no secan bien? Quizás por el suavizante. ¿Sabes que con vinagre de limpieza y tu esencia favorita puedes hacer un suavizante casero y eco mucho más efectivo?
Para muchos la mejor manera de secar las toallas (y terminar de desinfectarlas) es la secadora. Si no tienes, extiéndelas en un lugar aireado, sin sol directo. Y no las recojas hasta que estén del todo secas.
Y si descubres manchas de humedad resistentes prueba a hacer un lavado con vinagre blanco, bicarbonato y sal. ¡Quedarán impecables!
Trapos de la cocina

Está probado que trapos de cocina y esponjas acumulan un completo ecosistema de bacterias peligrosas para la salud, incluso cuando nos lavamos un montón de veces las manos. Para evitar problemas, cambia los trapos todos los días (los que tienen marcados los días de la semana son un buen recordatorio).
En cuanto a el estropajo o la bayeta de la cocina, lo ideal sería también lavarlos cada día con agua tibia. Alargandolo mucho, como mínimo, hay que desinfectarlo todo una vez a la semana. Con lejía, en el microondas, el lavavajillas o la lavadora... Como prefieras, ¡pero hazlo!
Y no te olvides de la lavadora (y la secadora)

En tu lavadora y secadora pueden vivir todo tipo de bacterias. Acaba con ellas limpiando la primera con regularidad con vinagre de limpieza y bicarbonato. Un par de veces al año debería ser suficiente. Repasa el cajetín, el filtro y la goma de la lavadora (es el lugar favorito del moho) y deja siempre la puerta abierta después de cada uso.
Usar más detergente y más suavizante del que toca no deja la ropa más limpia. Al revés, este mal hábito puede hacer que en la máquina se acumule un residuo baboso que manchará todo lo que laves detrás. Si tu lavadora es de las de antes y tienes que dosificar tú las dosis, mejor quedarse corto que ser demasiado generoso.
Las secadoras también piden atención: hay que limpiar de vez en cuando el tambor, los sensores de humedad y el filtro. Depende del uso. No es lo mismo una secadora que se usa solo cuando hace mal tiempo, que una que se utiliza como método de secado habitual. Para no errar podemos decir que, como casi todo en la vida, una vez al año, no hace daño.
¿Y tú, cómo haces para no descuidarte con el tema de la ropa blanca? ¿Tienes algún truco que te gustaría compartir para limpiarla mejor? Anímate a dejar tu comentario.
1 Comentario
Para el lavado de la ropa blanca, yo añado en el Cajoncito del jabón líquido, un poco de bicarbonato, blanquea y desodoriza la colada, además de lavarla mas profundamente.