Este proyecto de ampliación se sitúa en Manresa, una población en el corazón de Cataluña, un lugar bastante frió en invierno. Los propietarios de la casa solían hacer muchas celebraciones familiares y necesitaban un espacio de grandes dimensiones, una extensión natural de la casa que aprovechara al máximo el sol de invierno y se situara en el jardín.
Esta nueva construcción casi efímera debía ser un espacio multifuncional que pudiera ser usado además de para grandes comidas familiares, como un taller floral y un espacio de juego para los niños.
Decidimos situar el volumen en la zona posterior del jardín a modo de filtro con la parcela contigua, una zona bonita llena de vegetación y grandes árboles que aportarían sombra a la nueva construcción.
Se planteó un elemento totalmente transparente diseñado en hierro y cristal que reforzara la relación del interior con el exterior y diese sentido a ese jardín en desuso hasta entonces que quedaba a su alrededor.
Este nuevo elemento se concibió como un volumen muy liviano buscando el contraste con la casa existente absolutamente pétrea, maciza y se creó un juego de cubiertas entre lo nuevo y lo existente. El volumen de 9,5 metros de largo por 3,5 metros de ancho se construyó con 12 pórticos dispuestos cada 80 centímetros y hechos con tubo de hierro y cristal.
Se crearon las puertas de entrada teniendo en cuenta los vientos dominantes para reforzar la ventilación natural.








