7 claves para que el orden en tu casa sea duradero

Si te das la paliza limpiando un día y al siguiente está todo manga por hombro... ¡Houston, tenemos un problema! El tema del orden es algo que no se nos puede ir de las manos. Ni ha de depender de estar siempre esclavizado por culpa de la casa. Toma nota de las 7 claves que te vamos a contar para que no te vuelva a pasar, y ponlas en práctica cuanto antes. Así tendrás más tiempo para dedicarte a otras cosas, que te hagan más feliz.
- 1. Rutinízalo
- 2. Tira sin miedo
- 3. Recibidor, lo primero
- 4. Un salón con lo justo
- 5. Cocina práctica y organizada
- 6. Armarios funcionales
- 7. Dormitorios pensados para el relax
1. Rutinízalo

Tener la casa limpia invirtiendo el mínimo esfuerzo es el deseo de cualquiera, o al menos de los que no les gusta limpiar, o no tenemos mucho tiempo. El problema es que si te da pereza, al final el desorden se acumula y no queda más remedio que darse un atracón. Además cuando dejas todo para el día marcado como "día de limpieza", corres el riesgo de que surjan imprevistos o de que no te dé tiempo. Provocando una rueda de cosas pendientes que además de mal rollo, genera una cadena de problemas (acumulación de suciedad, desorden desmesurado...).
¿Cómo lo solucionamos?
Planificando actuaciones que se puedan desarrollar cada día. Tareas fáciles para antes de ir a trabajar, cosas que se hacen antes de acostarnos... Ventilar unos minutos y hacer la cama no te llevará más de 10 minutos y siempre merece la pena (hay una notable diferencia entre llegar a casa y tener el cuarto ordenado, o hecho un desastre). Fregar los platos siempre después de comer (o meterlos al lavavajillas) es otra acción que compensa y evita malos olores, que se apilen... Cada familia es un mundo, con sus rutinas y sus horarios, pero en todas se agradece un poco de planificación y mucho trabajo solidario. La limpieza no es responsabilidad de uno solo, sino de todos (incluyendo los niños). Cuanto antes empiecen a ayudar con cosas sencillas, ¡mejor!
2. Tira sin miedo

Mucho se ha escrito sobre los beneficios de sacar de tu vida todas las cosas que no usas. Una casa ordenada nos pide a gritos eliminar muchos trastos, objetos, aparatos o ropa que no te pones nunca. Y tienen su lógica porque lo que queremos es agilizar y facilitar la limpieza, para no pasar muchos minutos ordenando. Si el suelo y la encimera, o los muebles están despejados, será más fácil quitar el polvo, aspirar, barrer o pasar la fregona.
¿Por dónde empiezo?
Lo ideal es hacerlo por estancias, poco a poco. Un día te metes en el baño y retiras todos los medicamentos caducados (hay que depositarlos en el contenedor adecuado de la farmacia). También las muestras de cosméticos que llevas acumulando años, o esas colonias que ya no te gustan. Otro día te vas al salón y tiras las revistas que ya te has cansado de mirar (al contenedor de papel). Los bolis que no van, los recibos más antiguos, o toda esa lotería que aunque, estuviera premiada un día, ¡ya no podrías cobrar! Quédate con lo que de verdad te importe y al resto, dile adiós.
3. Recibidor, lo primero

Cuando vuelves del trabajo él se encarga de darte la bienvenida a tu hogar. No permitas que por culpa del desorden acumulado, tu casa te tiré para atrás y prefieras seguir en la calle. Lo habitual es dejar abrigos o ropa, zapatos, bolsas de deporte, cajas de devoluciones pendientes, las mochilas del cole, juguetes de los niños... ¿Seguimos? Si tu recibidor es grande, aún corres más peligro de llenarlo demasiado.
Ponle solución así
Analiza tus hábitos, y los de las personas que viven en tu casa, y estructura la estancia diferenciando varias zonas. Debéis buscar soluciones que se adapten a vuestras necesidades: ¿vas en bici o patinete eléctrico al trabajo? ¿Os quitáis los zapatos siempre al entrar en casa? ¿Prefieres que los abrigos húmedos se queden en la puerta? Si tienes espacio, lo ideal es planificar un armario a medida con puertas, con espacio para cada integrante de la familia. Un cajón para las llaves, un zapatero muy práctico, un perchero de pie muy decorativo... El truco para que no se nos vaya de las manos, una vez tengamos diseñado un lugar adecuado, es limitar las piezas y hacer revisión cada poco.
4. Un salón con lo justo

Solemos acumular muchos muebles pequeños en el salón repletos de trastos. Vitrinas con vajillas que nunca se usan, librerías hasta los topes con manuales desfasados, o libros que sabes que no vas a leer. Cajones desastre en los que puedes encontrar casi cualquier cosa. Consolas y aparadores que son un nido de polvo por culpa de llenarlos demasiado.
Piensa bien qué cosas necesitas y ponte en marcha
Partiendo de una correcta distribución podemos favorecer mucho el tema del orden. Siempre decimos que es mejor un buen armario (adaptado al hueco del que dispongas) que varios pequeños que solo generan ruido visual y te llevan inevitablemente al fracaso. Acumular menos y mejor es la clave. Y para esas otras cosas que queremos tener a mano, mucho sentido común. Las mantas, en lugar de por el medio, pueden estar en una "chaise longue" que se abre, o en un puf con hueco. Las mesas de centro son un imán para acumular. Si no la necesitas prescinde de ellas y conseguirás, además de orden, que el salón esté más despejado.
5. Cocina práctica y organizada

Esas cocinas de revista que tanto admiras, tienen sus trucos para lucir siempre impecables. No importa si son pequeñas, medianas o más bien grandes, sino tener las cosas en su sitio y acumular solo lo que haga falta. La limpieza también es básica (como no podía ser de otra forma) en un sitio donde se cocinan alimentos.
¿Cuál es el secreto para lograrlo?
Planificar de antemano dónde irá cada cosa y ser muy estricto con el orden. En tu cocina debe haber un espacio destinado a los alimentos, otro a la vajilla y cubertería, y finalmente, otro para utensilios. Si no hay nada sobre la encimera (o lo básico) la cocina se verá ordenada casi de manera mágica. Grábate a fuego este mantra: a la vez que cocino, recojo y limpio. Guarda solo los utensilios que usas con frecuencia, y los demás, no los conserves. Mejor los donas, regalas, vendes... Y ojo a la despensa, ¡imprescindible contar con una lo más ordenada posible! No vale guardar por guardar, ni acumular sin razón. Así vas a la compra menos veces, gastas menos y encuentras todo a la primera.
6. Armarios funcionales

Si cada vez que tienes un problema de orden te vas a comprar un armario en kit para seguir acumulando ropa, juguetes o zapatos, antes o después tu casa te va a decir: ¡hasta aquí hemos llegado! Tenemos la manía de acumular muchos muebles pequeños, que solo agravan el problema al dejarnos sin sitio.
Menos es más
Un buen armario en el dormitorio de cada uno, con espacio para los zapatos, los abrigos, bisutería y todo lo que os hace falta, será más que suficiente. A veces pensamos que por tamaño en un cuarto no cabe un buen armario empotrado, y nos equivocamos. Un pasillo un poco más ancho de lo habitual, una esquina o la parte baja de una escalera (o buhardilla) puede ser el lugar ideal en el que meter un armario hecho a medida, donde guardar ropa blanca, maletas... Otra vez aquí el punto de partida es sacarlo todo y retirar, vender, donar, regalar esa ropa que ni te cabe, ni te gusta, ni te pondrás jamás.
7. Dormitorios pensados para el relax

Terminamos insistiendo en la importancia de acabar el día en una alcoba que invite al descanso. Ni juguetes por el medio en el cuarto de los niños, ni ropa apilada pendiente de plegar o de guardar. Con eso de que por ahí no pasan las visitas, las habitaciones pueden convertirse en un lugar muy dado al desorden. Y si te sobran cuartos, más aún. Hay que desterrar para siempre la idea de que esa habitación, que no usa nadie, es el trastero donde meto todo lo que no quiero ver.
Un dormitorio perfecto
Es aquel que se ha diseñado huyendo de los excesos decorativos y de mobiliario. Si te sobra espacio, no lo llenes de muebles que no necesitas (aunque te parezca que va a quedar bien). Lo mismo pasa con la decoración. Nunca hay que abusar. Tu cama es la reina por ser tu lugar de descanso. Aunque ocupe mucho espacio puedes usar la parte de abajo con un canapé abatible en el que entren esas otras cosas importantes que necesitas y no caben en el armario (rellenos nórdicos, maletas...).