6 ideas para usar el color rosa en casa

Las cocinas en rosa producen un efecto muy dulce sobre quienes apuestan por él. Es cierto que el rosa puede cansar, pero si lo introducimos con delicadeza y en pequeñas dosis, puede ser un ingrediente perfecto a una cocina pequeña y donde, a priori, todo es blanco. Por ejemplo, un suelo de baldosas en rosa apagado en combinación con las paredes en rosa más intenso, darán como resultado una cocina muy actual y con un toque de color. Si buscas crear un efecto sobre tus invitados, elige un panel laminado de rosa fucsia para la pared. Verás como no pasa desapercibido. 

Es cierto que un baño en el que el rosa está aplicado en grandes dosis resulta profundamente femenino. En este ejemplo el rosa toma el protagonismo indiscutible a través de los revestimientos de las paredes. Los azulejos elegidos destacan por mostrar diferentes texturas y trazos -todos en rosa- sin llegar a saturar, gracias al blanco de los sanitarios, parte de la pared y el suelo.

Las paredes en rosa pueden resultar pastelosas pero si el color de la pintura es, así como el resto de los elementos de la estancia, están en consonancia, podemos crear el efecto opuesto: un espacio coqueto. Elige bien entre la paleta de colores del rosa y ponte en manos de un buen profesional que prepare bien la pared y te ayude a elegir bien la tonalidad que le pega a tu salón o dormitorio. Si en la estancia, entra luz natural, ten por seguro que el rosa se convertirá en un buen aliado ya que te ayudará a crear un espacio cálido y agradable. 

Un espacio puede cobrar vida cuando le añadimos una nota de color: ya sea un cuadro, una butaca o una pared con papel pintado. La clave está en saber cómo introducirlo y en el color que elijamos. Por ejemplo, el rosa. Da rienda suelta a tu imaginación y haz realidad aquello que tienes en mente: una butaca rosa en un entorno donde prima el blanco y el negro o atrévete a decorar con pintura degradada un rincón para la lectura. Verás como ahora esos espacio vuelven a respirar.