Sabemos que estáis hartos de soportar calor, que para unos las vacaciones son ya un recuerdo o, para otros, algo inminente que parece que no va a llegar nunca. Para todos: los que se van, los que se fueron y sobre todo los que se quedan, hemos preparado una dosis de ideas para conseguir refrescar vuestros comedores. Tanto si te planteas una reforma aprovechando los días libres, como si estás pensando en cambiarle un poco el estilo o la decoración, échales un ojo y quédate con lo mejor de cada uno.
Con la esencia del campo

Pero donde tú quieras. Si para ti el comedor perfecto es ese en el que no faltan las vigas, la madera o la piedra... Entonces es muy seguro que lo tuyo sea el estilo rústico. Los revestimientos más adecuados para un ambiente de este rollo nos piden paredes blancas pintadas con pinturas ecológicas, baldosas clásicas y toda la madera que puedas en el suelo, las paredes o incluso el techo. Cuanto más naturales se vean los materiales, mejor. Recuerda una mesa muy robusta se compensa con sillas más ligeras, a ser posible de colores claros. Y si el espacio se comparte con la cocina, olvídate de las encimeras sintéticas, mejor piedra natural combinada con fregaderos de porcelana. Y por supuesto, el menaje (sin reparos) ¡a la vista! Textiles de lino o algodón bien fresquitos y ¡listo! Ya tenemos nuestro perfecto comedor rústico en la ciudad.
Look industrial

Cuando el espacio no es un problema apuesta por una mesa de apariencia robusta, compensada con un color claro para adelgazarla un poco. En este salón de aspecto industrial, la mesa es el centro de todo. Un espacio en el que gracias al gran banco pueden sentar hasta 6 personas. Sus paredes de ladrillo blanco, el suelo de madera clara y el friso de la pared, le sientan de miedo a otros detalles de macado estilo industrial, como la silla, el taburete, las vidrieras o la gran lámpara de metal.
Con mucho caráter y personalidad

Esta vivienda en realidad es un pequeño apartamento al que han sabido sacarte todo el partido. Así lo hicieron con tal de favorecer el paso de luz, colocando un impresionante ventanal de suelo a techo, capaz de plegarse a modo de tijera para conectar completamente interior y exterior. Al fin y al cabo se trata de un alojamiento de vacaciones en el que el clima mediterráneo debía respirarse por todos los lados. Preservando y acentuando cada uno de los elementos originales de la casa, ocultos tras paredes y techos, descubrieron techos altísimos con viguetas de madera vistas, y un gran tabique de cara vista que recorre toda la sala potenciando así su carácter rústico-urbano gracias a el uso de materiales modernos y un mobiliario bien seleccionado. Luces ambientales de led, instalaciones por conductos vistos y muebles de mimbre son algunos de los detalles que no pasan desapercibidos para nadie.
El del adosado

Este es el típico comedor de una vivienda adosada en la que salón y cocina están conectados por un muro a media altura, en esta ocasión coronado con una simple tapa de madera. Fíjate en sus vigas y pilar de hormigón, las bovedillas enyesadas, el fantástico pavimento de madera (interior y exterior) y un mobiliario bastante moderno. Una mesa de aspecto nórdico con capacidad para 4 personas ocupa el centro de la estancia. A solo un paso de la terraza a la que se accede por un ventanal que se abre completamente para que interior y exterior se fundan creando el perfecto comedor no solo en verano, sino los 365 días del año. ¿A que te gusta este trabajo? Pues fue realizado por uno de nuestros profesionales. Pide presupuesto si quieres que la tuya luzca así.
Con una mesa de lo más versátil

El comedor de la casa bipolar (así es como la han bautizado el estudio de interiorismo que se ha encargado de reformarla) tiene todo lo que se espera de una estancia veraniega. De marcado estilo ecléctico no tiene problema en mezclar mosaicos hidráulicos recuperados con revestimientos modernos, madera natural en el mobiliario, lacados blancos para las puertas, hierros forjados en las ventanas y el color verde salpicando cada rincón de la casa. Su soberbia cocina nos invita a un desayuno ligero en su isla, o más consistente en la polifacética y enorme mesa central, en la que no solo se puede comer, sino también trabajar. En realidad ambos son el aperitivo de una formidable terraza ganada a un patio interior de manzana. ¿Os encaja un comedor así? A nosotros a la perfección.
Como en la terraza pero en el interior

Cuando no tienes terraza ni un balcón generoso y llega el verano... Entonces echas de menos esos momentos en los que seguro le sacabas partido a este espacio. Dale la vuelta al problema convirtiendo el comedor en una estancia casi idéntica a la de una terraza encontrando la mejor ubicación, y los materiales y colores que mejor le sientan. En esta casa el porche se incorporó a la vivienda convirtiéndose en un comedor con grandes ventanales que mira al jardín, y se conecta con la cocina gracias a un vano. Quédate con la idea de la mesa a medida en hierro pintado de verde, con sobre de mármol y asientos de obra forrados con tela fresquita de algodón en blanco y negro. Para sumar calidez apostaron por sillas de cruceta y una lámpara de inspiración campestre. Un espacio perfecto para hacer todas las comidas del día, o incluso terminar la noche con una tabla de quesos y un buen vino. ¿Ya te lo imaginas?
¿Y tú? ¿Estás pensando en hacer cambios en tu comedor este verano? Cuéntanoslo en los comentarios.