Porque no hay quien se resista a una rica y reparadora siesta durante todo el año... pero, ¿y en verano? ¡Cómo nos luce tener tiempo para sentarnos un rato después de comer y dejarnos arrastrar por las redes de Morfeo! Sabemos que muchos de vosotros no tenéis terraza o balcón a la sombra para echar la siesta pero seguro que tenéis un salón al que podemos darle una vuelta para convertirlo en un oasis del placer... De momento, aquí va una buena colección de salones que seguro os van a inspirar. A nosotros de verlos, ya nos entra sueño...
Dulce vaivén

Colgada de las vigas del techo abuhardillado, esta hamaca es el lugar favorito de todos los habitantes de la casa para echar un sueñecillo después de comer. El fresquito está asegurado gracias a los techos de madera que son un excelente aislante térmico, y esos grandes ventanales que además de unas fabulosas vistas desde la hamaca, dejarán que corra bien el aire. Relajarse en un lugar así, debe ser un estupendo antiestrés para afrontar lo que queda del día con energía.
A media luz

Ni totalmente a oscuras, ni tampoco a plena luz; cuando echamos la siesta (y no nos queremos ir a la cama) lo que apetece es crear un poco de ambiente. Si tienes unos ventanales grandes sin persiana, puedes matizar esa luz utilizando toldos con o sin faldones, estores opacos o cortinas oscilobatientes que puedas abrir o cerrar para que entre la luz justa mientras comenzamos a contar ovejitas... ¿Sabes que hay apps para controlar la apertura de las persianas y cortinas, o la temperatura de la habitación a golpe de click desde tu móvil? Con tantas comodidades es imposible no quedarse frito en segundos.
A vuestras anchas

Invierte en un sofá grande con chaiselongue y evitarás los codazos en la siesta. Al fin y al cabo es la pieza más importante del salón, incluso cuando comparta espacio con la cocina como veis en la fotografía. Hazte con un modelo a medida si la planta del espacio es complicada, o acopla uno en el hueco para sacar mucho más partido al espacio. Y si a menudo las visitas se quedan a dormir o el salón es la zona más fresquita de la casa, hazte con un modelo que se convierta en cama. Se pueden encontrar verdaderas maravillas de sofá que nada tienen que envidiar a las mejores camas. Por cierto, recordar que las plantas de hojas grandes y verdes ayudan también a refrescar vuestras siestas.
Bajo el ventilador

Sin rivalizar con el aire acondicionado, que a veces es imposible de evitar, un buen ventilador de techo puede hacer más amena la siesta sin preocuparnos por problemas de garganta, ni por la temida factura de la luz. Utiliza un split para refrescar el salón y cuando consigas que baje de los 28-30 grados páralo y enciende el ventilador. Su consumo (a velocidad baja) será el equivalente al de una bombilla de bajo consumo. A cambio si habéis elegido un modelo silencioso, os ofrecerá una estupenda y fresca siesta. ¿Y cuál es el sitio ideal para colocarlo? Generalmente en el centro del salón, aunque dependiendo de su tamaño quizás necesites más de uno. Déjate asesorar por los profesionales de esta campo a la hora de instalar el tuyo.
Con el aire de fuera y la sombra de dentro

Cuando vives en una planta baja y tienes la suerte de tener un patio o jardín, incluso siendo interior, tienes oportunidad de conseguir mucha luz y ventilación cambiando los muros convencionales por soluciones de vidrio que puedas abrir o cerrar a tu antojo. Fijaros en por dónde entra y sale el aire de vuestra casa, abriendo de par las ventanas por las que sale, y lo mínimo las ventanas por las que entra para estar más frescos. En esta casa lo tienen claro: nada como una buena sesión de "soffing" dentro. Recuerda que si su tapicería es de las que da calor, mejor cubrirla con una funda de algodón, una sábana o plaid para estar más fresquitos, y que la mejor siesta es la que viene después de una comida ligera.
Y tú ¿Cómo piensas disfrutar de tu próxima siesta? ¿Dentro o fuera de casa? Esperamos haberos inspirado con estas ideas y que vuestras siestas en el salón sean eternas... Bueno, ya sabes lo que dicen los expertos ¡No más de 20 minutos...!