1. Falta de ventilación

No hay duda de que una ventilación errónea en el dormitorio hace que la habitación sea un lugar estresante. La propia respiración de las personas hace que vayamos acumulando vapor en un espacio reducido, donde permanecemos una media de 6 a 8 horas diarias. Sin una adecuada ventilación, parece obvio que podría afectar a la salud propiciando estrés, apnea y otras consecuencias. Por eso, la ventilación es un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de proyectar nuestro dormitorio y nuestro consejo es que escojas bien qué espacio de la casa es el más idóneo para ello, evitando en la medida de lo posible los dormitorios ciegos y sin ventana.
2. Mala planificación desde el principio

Pensar bien en dónde poner la cama, la cómoda, las mesillas de noche o los elementos decorativos no son decisiones gratuitas y sin importancia. Todo lo contrario. Son clave para que la habitación resulte agradable e invite al descanso. Dicho esto, a la hora de planificar los diversos elementos puedes basarte en el Feng Shui y tomar en cuenta algunos de sus consejos: por ejemplo, saber que la orientación norte facilita el descanso más profundo que la sur, preferiblemente debemos optar por plantas cuadradas para el dormitorio, colocar la cama frente a la puerta para controlar el acceso, y escoger un cabecero repose sobre una pared sin ventanas. Aunque no siempre es fácil seguir estas pautas, sí es cierto que llevarlas a cabo contribuyen al bienestar.
3. ¿Simetría? ¡Sí, por favor!

Algunos estudios aseguran que la simetría en un dormitorio es muy positiva y tiene un efecto directo sobre el bienestar de la pareja. Dos mesillas mejor que una, dos lámparas mejor que una y así con todos los elementos del dormitorio. ¿Por qué? Porque gracias a la simetría, conseguimos reducir el estrés visual, que redunda en un mejor equilibrio. Y eso, ayuda al descanso.
4. Los colores oscuros o intensos son un error

¡Cuántas veces hemos oído decir que los colores impactan directamente sobre el bienestar de las personas! En moda, en decoración y en cualquier otro ámbito de la vida, los colores tienen un impacto directo en nuestro estado de salud, en nuestra tranquilidad, en la energía que queramos transmitir...! Así que uno de los errores más comunes que cometemos en los dormitorios es apostar por una gama cromática demasiado llamativa, demasiado oscura o explosiva.
No hay duda, en el dormitorio, mejor apostar por colores neutros, suaves, pues ayudan a calmar el estado de ánimo. Y si queremos jugar con el color, mejor hacerlo con los complementos o accesorios.
5. Trasladar el trabajo al dormitorio, ¡gran error!

Otro de los problemas con los que nos encontramos muchas veces es que destinamos parte de nuestro dormitorio a trabajar. Cierto es que con la pandemia, muchos hemos tenido que buscarnos la vida para poder trabajar desde casa y aunque lo idóneo es tener un despacho o habitación solo para eso, ¿cuántos pueden realmente hacerlo? La falta de espacio hace que destinemos un rincón o un trocito de salón o de dormitorio a instalar una mesa, una silla y el ordenador. Y esto, que a priori puede parecer fantástico, es un gran enemigo contra el descanso, pues no tener zonas delimitadas para hacer cada actividad puede producir problemas de sueño.