Acabas de adquirir una nueva vivienda, pero la verdad es que te sientes un poco extraño. Hipoteca, muebles, vecinos. Puede que todos estos temas estén abrumándote. No te preocupes y ni mucho menos te sientas mal, es algo natural. Te ayudamos a identificar las principales emociones de todo nuevo propietario y a hacerles frente con la mejor de las sonrisas.
El miedo
No es nada raro, lo cierto es que el miedo es
la sensación más común en todo nuevo propietario. Miedo a la hipoteca, miedo a
tu nueva comunidad de vecinos, miedo a amueblar tu casa… STOP. Relájate un
poco. Quizá el miedo a la hipoteca esté ahí durante un tiempo, hasta que lo
veas algo cotidiano y rutinario; no obstante, hay cosas que puedes relativizar desde
el principio, como por ejemplo la decoración de tu vivienda. No tiene
necesariamente que costar tanto como imaginas. Puedes optar por una decoración
low cost, siguiendo por ejemplo principios del estilo escandinavo, en el que
menos es más. Muebles funcionales, pocos y de calidad, o detalles decorativos
económicos que siempre suman como plantas en las estancias o láminas en las
paredes... incluso decoración DIY, que siempre aporta personalidad. Poco a poco
tu vivienda hará que pierdas el miedo y, ante todo, no te sientas culpable por
tenerlo durante los primeros días.

La añoranza
Sí, la añoranza también es un sentimiento
bastante común en los nuevos propietarios. ¿Añoranza de qué? Pues de la vida en una vivienda de
alquiler. Menos responsabilidades con bancos, menos quebraderos de cabeza. Como
siempre, intenta ser positivo: ¿podrías personalizar tanto tu casa de alquiler?
Seguramente no. ¿Podrías meterte en obras y cambiar la distribución de esa casa
en la que estabas antes? Pues no. Juntar la cocina con el salón ahora es
posible. Cambiar esa habitación que no usabas y convertirla en un vestidor, también. Ser propietario acarrea responsabilidades mayores, pero
también privilegios y ventajas. Empieza a verlos. Es posible que ahora mismo no
puedas meterte en grandes reformas, pero ten la seguridad de que en un futuro,
si decides hacerlo, podrás hacerlo.

El agotamiento
Ojalá una mudanza se hiciera de forma
instantánea. ¿Os imagináis? Poder colocar todas las cosas con un chasquido de
dedos. Pero no, nos tememos que no es así; una mudanza agota y mucho. Podemos
optar por contratar empresas de mudanzas, algo que en muchas ocasiones merece
la pena. No obstante, en una vivienda siempre hay cosas que hacer, sobre todo
si se trata de una vivienda vieja. Seguramente hay grifos que gotean, armarios
que no cierran bien o zonas de la casa por pintar. Ante todo, para intentar
sobreponernos al agotamiento debemos tomarnos las cosas con relax. Los apaños
que tengamos que hacer no se van a solucionar en dos días, por tanto,
disfrutemos de nuestra nueva vivienda y tomémoslo con calma. Afortunadamente, hay un montón de profesionales que pueden ayudarnos en estos pequeños detalles.
Profesionales como los que encontramos en habitissimo. Pidamos presupuesto y
barajemos si nos conviene o no contratar a alguien para aliviar nuestro
trabajo.

El ansia
Muy relacionado con el sentimiento de
agotamiento, encontramos el ansia. El ansia por tenerlo todo terminado. ¿Por qué
sentimos ansia? Pues por la necesidad de sentirnos como en casa rápidamente.
Bueno, lo cierto es que tardaremos un poco en encontrarnos, quizá al principio
estemos desubicados. Es normal. No obstante, podemos encontrar fórmulas para
poder aplacar ese ansia por tenerlo todo terminado, por ejemplo dando una
fiesta de inauguración. Una fiesta con la que poder hacer partícipes a tus
familiares y amigos de este gran paso. Una manera de sentirnos anfitriones de
nuestra propia casa. No hace falta que gastes mucho, hay infinidad de opciones
para dar una fiesta low cost, desde un catering económico hasta una decoración
festiva DIY.

El orgullo
Sí, no todas las sensaciones al comenzar una
nueva vida en nuestra nueva casa tienen necesariamente que ser malas. Tras el
miedo, añoranza, ansia y agotamiento, pasaremos a un nuevo estado: el orgullo.
Esta sensación vendrá cuando menos lo esperemos. Un signo inequívoco de que
esta casa es nuestra casa, nuestro hogar. Ante esto, lo mejor es disfrutar de
cada rincón mimándolo. Recorre las estancias de tu vivienda y observa
amablemente cómo se ven y cómo te gustaría mejorarlas, y no te olvides de que no
siempre se necesitan grandes cantidades de dinero para hacer de tu hogar un
hogar más confortable. ¿Puede haber algo mejor que un sofá con una manta
calentita o una mullida cama rodeada de cojines? Deja los agobios a un lado y
empieza a creerte dueño de tu propio castillo.

¡Fuera dramas y disfruta de tu nuevo hogar!
hace 7 años
Yo de momento tengo alquiler pero sí que me planteo comprar en un par de años y la hipoteca me da algo de vertigo... creo que es el miedo más importante
hace 7 años
Vaya mierda de informacion para hacer esto no hagáis nada
hace 7 años
En el título del artículo se habla de emociones. Y si lees el texto te habla precisamente de emociones. Creo que puede gustarte más o menos, pero de ninguna de las maneras se puede faltar así el respeto. Particularmente creo que sí pueden encajar estas emociones con lo que uno siente cuando se compra un piso. Quizá vivas de alquiler y no puedas experimentarlas.
hace 7 años
Carmen, siento mucho si la información no ha sido de tu agrado o no te ha podido ayudar. Afortunadamente en habitissimo cuentas con un montón de artículos de otras temáticas. Estoy segura que si buscas bien encontrarás alguno que se ajuste a tus necesidades. Eso sí, te pediría que intentaras comentarlos con respeto, que todos tenemos nuestro corazoncito :)
hace 7 años
Desde luego no hay que pasar por alto en ningún momento el tema del agotamiento... hacer una mudanza es estresante y agotador... aunque luego todo tiene su recompensa
hace 7 años
Efectivamente, pasé por todas ellas. Lo mejor es, como leo por ahí, optar por profesionales que puedan ayudarte. Nunca sabrás lo útil que puede ser una empresa de mudanzas hasta que sea demasiado tarde. Y ya de paso, si puedes, optar por la que te lo mete todo en las cajas. Es el dinero mejor invertido del mundo.
hace 7 años
Supongo que la añoranza es normal, a mí me paso. Al principio de tener mi casa pensaba en lo bien que se vivía de alquiler. Pero luego con el tiempo te das cuenta de las libertades que tienes como propietario. No dar explicaciones a nadie de lo que haces en tu casa... sin duda merece la pena.
hace 7 años
Pues llamadme rara, pero yo pasé del miedo al orgullo automáticamente, ni añoranza ni nada jajaja. Una vez tienes las llaves de tu casa tienes una ilusión enorme, decorarla y habitarla es toda una experiencia llena de adrenalina.