Sabemos que no es fácil y que muchos de vosotros lo habéis intentado sin éxito una y otra vez. Mantener la casa en orden y además hacer que todos sus ocupantes colaboren (sin dramas) no es para nada sencillo. El tema da para largo, se aceptan muchas versiones, pero si te podemos decir que las 4 tareas del hogar que os vamos a contar, no es que se "pueden", es que se "deben" realizar en familia. Haz de ésta vez la definitiva y ponte manos a la obra para que la próxima vez no tengas que volver a hacerlas tú (o al menos, no sin compañía).
En este artículo
Poner (y quitar) la mesa
Todas las tareas del hogar deberían estar adaptadas a la edad y capacidad de las personas que viven en una casa. Y no recaer solamente en los adultos (o en el peor de los casos en sólo uno de ellos). Si en nuestro hogar hay niños, es vital que desde pequeños entiendan que su colaboración es importante para el grupo y que son útiles.
- Una forma sencilla de hacer que empiecen a entrar por el aro y arrimen el hombro, es imponer la norma de "Aquí no se come (o cena) hasta que se ponga la mesa". Y todo el mundo (todo, todo y todo) colabora poniendo platos, vasos, cubiertos y demás... Con la misma cantinela está el tema de recoger, y del que muchos se escaquean. ¿Quién recoge la mesa? Pues otra vez, TOODA la familia. Ya sabes la canción, es la misma que en la guardería: "A guardar a guardar, cada cosa a su lugar".
Tenéis que insistir en que no basta con coger cada uno su plato (aunque es un buen comienzo). Hay que ayudar a retirar todo lo que ha quedado en medio de la mesa y llevarlo a la cocina. Los más mayores, seguro que además están preparados para meter los platos en el lavavajillas, e incluso ponerlo en marcha con la misma agilidad con la que se manejan con sus móviles o la Play. No lo dudéis ni por un instante, están de sobra preparados para apretar el botón de encendido.
- ¿Han quedado migas por el suelo? Cada día puede ser uno, el encargado de pasar la aspiradora o la escoba para dejar el comedor impecable.
Hacer su cama
Es importantísimo que desde pequeñitos adquieran la rutina de hacer su cama. No la harán perfecta, ni mucho menos, especialmente a edades tempranas. Pero irán tomando conciencia de que es su forma de colaborar con las tareas de casa.
- Las camitas más bajas, y los nórdicos con cremallera, son elementos que pueden ayudar mucho al principio a agilizar las tareas y a que vayan cogiendo práctica con esto de ocuparse de su nidito. Los niños recogen sus juguetes al terminar (y no los papás) e incluso pueden llevar su tartera a la cocina cada noche, para facilitar a los mayores el tema de los almuerzos al día siguiente.
Con los adolescentes la cosa se suele poner un poco más complicada. Aquí ya no nos valen las cancioncitas pegadizas, ni los achuchones... Los expertos suelen recomendar que se establezca un mínimo adaptado a su edad y el tiempo que tienen disponible, para que sean ellos los que gestionen como quieran, el orden en su cuarto. No dejar la ropa nunca en el suelo, llevar al cesto lo que sea para lavar, limpiar lo que ensucien, hacer la cama y abrir la ventana unos minutos todas las mañanas, puede ser un buen comienzo...
- Más adelante podrás pedirles que una vez a la semana sean capaces incluso de quitar el polvo y pasar la aspiradora. Y ya llegando al nivel Pro, que una vez al mes hagan limpieza a fondo de su guarida incluyendo ese agujero negro que suele estar debajo de su cama.
Intervenir en la colada
Otro tema controvertido a todas las edades, pero sobre todo en la adolescencia (cuando les da por cambiarse 50 veces de ropa al día, o muy al contrario, llevar una semana la misma ropa...). Por no hablar de algunos roles que se asumen en casa, y que hacen que alguien acabe desarrollando esta tarea de principio a fin y sin ayuda. ¡Basta ya! Lavar la ropa de toda la familia puede ser una tarea tediosa especialmente si se hace sin ayuda.
- Para empezar, todos deben aprender a llevar su ropa a lavar. No vale llevarla al baño o al lavadero. Hay que meterla en el cesto, armario o cajón asignado para este fin. El siguiente paso podría ser que la clasificaran por colores. Para eso tendrás que dejar preparado el lavadero con un par de cestos ( o muebles distintos) donde puedan ellos mismos clasificar. Es tan fácil que a partir de los 3 años ya se puede trabajar en esta dinámica.
Poner la lavadora en marcha es algo que solo podrán hacer los adultos o incluso algún adolescente si nos empeñamos. Tender y recoger es algo que lo puede hacer todo el mundo. Que sí, no lo van a hacer como tú, y que más de un día vas a tener que intervenir para que tu blusa favorita no se seque con forma de churro. Pero esto, sin duda les va a enseñar a ser realistas en la necesidad de cuidados por parte de todos los miembros de la familia. Además de hacerles sentir útiles para el conjunto.
Buenos hábitos en el baño
Probablemente una de las zonas más delicadas de cualquier casa en lo que se refiere a mantener la limpieza y el orden, es el baño. Especialmente en esas casas en las que sólo hay uno, y se comparte por toda la familia. La buena noticia es que con paciencia se puede avanzar (y mucho en este tema). Comienza por explicar a toda la familia que el baño es una zona especialmente sensible a ensuciarse, pero que se puede mantener limpia si todos colaboran en dejarla como la encontraron.
En el caso de los peques hay que enseñarles a no dejar las toallas en el suelo, tirar siempre de la cadena y a ser cuidadosos a la hora de ducharse o lavarse los dientes. Insiste en esto: detrás vendrá alguien a usarlo también y querrá encontrarlo limpio, igual que lo encontraste tú. Los más mayorcitos ya pueden incluso ocuparse de limpiar el lavabo o la ducha al menos una vez a la semana, dejar niquelada la mampara después de ducharse, incluso secar los grifos (muy importante en zonas con mucha cal si no tenemos descalcificador), o pasar la fregona alrededor de la ducha. Por desgracia, muchos adultos no aprendieron de niños esta norma básica de convivencia. Ponte manos a la obra para que esto no les pase a tus hijos.
- Al final, todo es cuestión de tener paciencia, ser constantes y sobretodo convertirnos nosotros mismos en un modelo a seguir. Niños y mayores deben entender que una casa no se mantiene limpia sin ayuda. Colaborando todos en las tareas diarias, se acaba antes, evitamos mucho mal rollito y tenemos más tiempo para hacer cosas mucho más bonitas y divertidas que limpiar.
¿Y en tu casa, se reparten las tareas? ¿O es tu próximo objetivo? Cuéntanos cómo lo has conseguido o por dónde piensas comenzar si estás a punto de dar el paso.
hace 3 años
No m quejo en casa todo el mundo arrima el hombro