1. La madera y el estilo nórdico: una mezcla perfecta

A diferencia de lo que muchos creen, en el estilo nórdico podemos incorporar elementos y materiales más rústicos, para tener una cocina con un toque más sensible, eco y cálido y no por ello, sacrificar ni el estilo ni la belleza. De hecho, ¿qué os parece esta cocina nórdica coronada por una isla de mármol y de madera? A mí me parece una solución super bonita y sostenible y me encanta como idea para mi próxima reforma.
Déjate seducir por la madera, ya que es un perfecto aliado para el estilo nórdico, y la puedes introducir de muchas maneras: en la encimera, en unas baldas o en unos taburetes. O todo junto. ¡El resultado te encantará porque podrás presumir de una cocina más sostenibles y cálida!
2. Jugar con diferentes estilos de pared

Muchas de las cocinas nórdicas apuestan por el ladrillo vista, por el ladrillo metro o con paredes pintadas, pero ¿qué te parecería jugar con los 3 tipos de pared y que en tu cocina nórdica convivan los tres? Creo que es una manera genial de jugar con las texturas, con los volúmenes y con los espacios, aportándole a la cocina un toque personal muy interesante.
Imagina un panel con un revestimiento de azulejo tipo ladrillo para la zona de trabajo en la cocina, combinado con una pared pintada para la zona de comedor, y complementado a su vez con una columna de ladrillo vista. Aunque pareciera imposible al principio, ¡todo funciona! Porque todos son elementos propios de la decoración nórdica y bien planificados, creo que es un acierto incorporar los 3 juntos. ¿Qué opinas de esta idea?
3. Una gran mesa que nace de la isla

Me encanta la idea de tener una isla central en la cocina (¡claro que esto solo lo pueden incorporar los suertudos que tengan mucho espacio!) con taburetes altos. A diferencia de una mesa más tradicional con sillas bajas, la isla y los taburetes le darán un toque más personal a la cocina y sin duda, se convertirá en un elemento super práctico para familias con niños, o para reuniones familiares.
Si además conectas varios elementos de la cocina a través de los materiales, todo quedará perfectamente integrado, como es el caso de esta cocina donde la encimera, la mesa y el suelo están perfectamente conectados por el color y tipo de madera. Al final, el resultado es una cocina super con un montón de posibilidades.
4. El estilo nórdico también admite color

Precisamente porque el blanco es el color más habitual que solemos ver en las cocinas nórdicas, este nos permite introducir otros colores más o menos intensos de mil formas. Podemos hacerlo a través de los detalles, a través del mobiliario, de los tiradores...pero también a través de la pintura.
En esta ocasión, un arco de color verde conecta y separa al mismo tiempo la cocina del salón, de forma original y divertida. Una manera muy sencilla de darle más personalidad a una pequeña cocina nórdica.