Cuando el cliente adquirió la vivienda, contó con Altia Group para realizar una reforma completa. Un trabajo de interiorismo que debía encontrar el equilibrio entre un ambiente acogedor pero que no renunciara a la luz. Si tuvieramos que destacar un área, nos quedaríamos con la cocina abierta al salón, que se permite el lujo de incluir un comedor. Los materiales elegidos son valores seguros, que acentúan la paleta de colores neutros sobre la que destacar el resto de detalles del mobiliario.
Son 190 m² (que no es poco) aprovechados en su totalidad con tres dormitorios secundarios con dos baños, un gran dormitorio con baño, un vestidor y un despacho. Por si no fuera poco con el interior, disfruta de unas vistas espectaculares al museo del Prado. Allí está situada toda la zona de día, con la cocina que hemos mencionado con anterioridad, el comedor y el salón de reunión. Con un último apunte, a través de unas puertas correderas de espejo se encuentra una sala de estar más íntima y familiar. Esperemos que disfrutes de las imágenes de esta reforma tanto como nosotros.
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hace 3 años
Precioso. Se nota cuando el presupuesto no es un problema en el resultado de la reforma.
¿Lleva suelo radiante o se calefacta por conductos?
hace 3 años
No me gusta casi nada. Lo único que le da un poco de alegría son los cojines mostaza.
hace 3 años
Parece un hotel, hecha con neutralidad y al final resulta aséptica y sin alma.
hace 3 años
Está muy bonito pero... ponemos un espacio abierto grande, comedor , sillones y cocina. Y luego estamos en un espacio más íntimo. No le veo sentido. ¿ No es mejor tener la cocina y el estar juntos y separar la zona noble, salón y comedor? El sentido común lo haría así. Pero la modernidad oh la la hace cosas raras y poco naturales y cómodas?