Todo lo que aprendimos del home staging para nuestra cocina

Aunque pueda parecer una obviedad, el primer paso en el Home Staging es una buena limpieza a fondo. No se trata solo de limpiar la bancada y adecentar los azulejos. Hay que dejar los interruptores impolutos y los grifos relucientes. Esto incluye limpiar los cristales. Además hay que considerar llevar a cabo pequeñas reparaciones, como solucionar un grifo que gotea, una puerta de armario que esta descolgada o cambiar los tiradores por unos más modernos. Te sorprenderá ver el efecto tan renovador que tiene este cambio. 

Utensilios de cocina, platos acumulados en el fregadero, pequeños electrodomésticos, especias... El desorden puede acumularse rápidamente en nuestra cocina. Pero los posibles compradores e inquilinos no necesitan ver el desorden de su posible cocina durante las visitas. Es imprescindible cuidar al máximo lo primero que se ve al entrar. Así que ordena todo lo que puedas, busca soluciones como cestos o cajas para integrarlos en los muebles. ¡Y listo! Segundo paso superado. 

Si la visita al piso se hace durante el día y la luz natural entra a raudales en la cocina no es necesario que enciendas las luces, pero sí que debes prepararte para visitas nocturnas porque ahí necesitarás una buena iluminación artificial. La cocina debe tener una buena iluminación general que otorgue una luz uniforme a toda la estancia. Las lámparas de techo, luces empotradas o plafones de techo te darán ese tipo de iluminación. Además, hay que asegurarse que todas las bombillas de la cocina funcionan y ofrecen una iluminación suficiente y agradable. 

Si los azulejos de tu cocina tienen un aspecto de los sesenta, pero no precisamente de los bonitos, no atraerá a posibles compradores. Pero actualizar su aspecto es mucho más sencillo de lo que piensas y no hace falta gastarse un dineral. Con tan solo pintar los azulejos de las paredes, te parecerá que has llevado a cabo una renovación total. Además, si piensas que tus muebles están bien, aunque pasados de moda, puedes pintarlos también, una solución muy sencilla y tremendamente efectiva. 

Un posible comprador quiere visualizar su vida en su futura vivienda, no conocer a los propietarios anteriores. Por eso retira todas las fotos personales de tu cocina, imanes de la nevera, recuerdos de viajes y la mayor parte de los objetos de decoración.

Puedes amar tus paredes rojas, amarillas o azules de la cocina... Pero estos colores no son del gusto de todos. Para vender una propiedad, apuesta por tonos sobrios y neutros que dejan a los compradores e inquilinos la oportunidad de imaginar su propia decoración. Así que fija tu mirada en tonos blancos, grises o cálidos como el beige. Si quieres que tus espacios se vean luminosos, limpios y espaciosos alíate con el blanco. 

Sin duda uno de los cambios que más conseguirán transformar el aspecto de tu cocina tiene que ver con las encimeras. A veces basta con cambiarla de color y ponerla nueva para que la estancia quede prácticamente irreconocible. La variedad de precios y materiales es sorprendente. A veces no hay que hacer un gran desembolso para poner otra que renueve tu cocina.

En cuanto al suelo, puedes cambiar el gres cerámico, que probablemente tengas algo ya deteriorado, por un suelo de vinilo. La ventaja es que no tendrás que hacer obra. Además de mejorar el aspecto de tu cocina conseguirás un suelo menos frío de aspecto y real. Son muy bonitos los que imitan maderas, por ejemplo. De nuevo en este caso, el consejo es que busques un color que contraste con los muebles. 

Si tienes una isla en la cocina o una mesa, puedes prepararla para que el visitante se sienta como en casa. Si no hay espacio opta por colocar una cesta con frutas riquísimas o un centro de flores, pero que no sea exagerado, solo necesitas aportar un toque especial.