Nos cuesta mucho decidirnos por uno u otro suelo, pero el tema de los rodapiés suele quedar pendiente, o directamente se pone igual que el suelo. ¡Gran error! Este detalle tan sencillo puede ser el que marque la diferencia dando como resultado un acabado perfecto. Zócalos y rodapiés cuentan mucho. Te contamos los tipos que puedes encontrar, sus tamaños, dónde ponerlos (atención al tema baños), qué combinaciones entre suelos, puertas y zócalos son posibles... Y todo lo que debes saber antes de decirte por uno u otro.
En este artículo
- Un buen rodapié es imprescindible (casi siempre)
- Rodapié a juego con el suelo
- Rodapié del mismo color que la pared
- Rodapié en contraste con el color del suelo e incluso de la pared
- ¿Se puede prescindir del rodapié?
- ¿Y en los baños que no se alicatan, qué ponemos?
- En resumen
Un buen rodapié es imprescindible (casi siempre)
Porque puede estropear una buena tarima, o causar problemas en las paredes por culpa de la humedad, al hacer algo tan sencillo como fregar el suelo. Un rodapié cumple una función estética, pero también práctica al dejar respirar la tarima entre el suelo y la pared y soportar los cambios de temperatura si se dilata. También puede servir para pasar cables, proteger las paredes de roces o manchas, o de los daños que pueda sufrir al darle golpes al limpiar, o al pasar el robot aspirador. ¿Sabes que hay rodapiés antihumedad (sintéticos) y hasta cubre rodapiés para cambiar la estética de una habitación sin el incordio de tener que retirar el viejo? Lo más nuevo son los rodapiés metálicos, aunque más delicados para su limpieza.
Rodapié a juego con el suelo
La mayoría suele elegir un rodapié a juego con el del pavimento elegido. Así nos aseguramos de que su color se ajusta perfectamente con el suelo. Si el suelo es oscuro, pondrá el límite con las paredes en otro color; si ambos son blancos, servirá para conseguir un ambiente nórdico más moderno que además amplíe el espacio. El problema a largo plazo de usar el mismo material puede ser que pasado el tiempo se pueda descatalogar y complicarnos un poco la vida encontrar alguno parecido. Es por eso que muchos, en el caso de tarimas, suelos vinílicos o laminados, eligen rodapiés de madera a juego con la carpintería de las puertas. Rodapiés universales en cuanto a su acabado, que se pueden elegir de una altura desde los 6 cm hasta los 15 cm en madera, PVC o MDF.
Rodapié del mismo color que la pared
El ejemplo más sencillo es el de las paredes blancas con rodapié blanco (muchas veces a juego con las puertas), pero en espacios más modernos o de aspecto industrial, a veces se utiliza el mismo color de la pared en el rodapié para darle continuidad. Es una solución muy decorativa. En el caso de elegir como material la madera, con una mano de pintura es sencillo conseguir el mismo color. No tanto para otros acabados como el gres. Una fórmula que siempre funciona es la monocromática: con suelos de madera muy clara, o blanqueada, y paredes, puertas y zócalos del mismo color.
Rodapié en contraste con el color del suelo e incluso de la pared
Si vivimos en una casa de estilo ecléctico o industrial o simplemente nos apetece poner una nota de contraste a través del zócalo, podemos usarlo de un color que marque la diferencia con el suelo e incluso la pared, o la parte baja del mueble (pensar en una cocina). Es una solución que estéticamente es muy llamativa y que, contando con material extra por si en un futuro necesitamos retirarlo, no debería dar problema. En ambientes más clásicos, a veces se utilizan rodapiés con colores en contraste (un poco más altos de lo habitual) realzando al mismo tiempo sus techos también altos. Para ambientes con mucho contraste es interesante usar una paleta de color en las paredes y otra distinta en las puertas. Ahí el rodapié puede contribuir a seguir marcando las distancias, o dar unidad al conjunto al elegir un color a juego con alguno de los elementos.
¿Se puede prescindir del rodapié?
Los suelos de microcemento y hormigón, muy demandados últimamente por todas las ventajas que suponen (ahorro en desescombro, facilidad de aplicación, ausencia de juntas...), plantean la duda de si se puede o no prescindir del rodapié. La respuesta es: "depende". Para poder prescindir de ellos tus paredes deben ser de un material como mortero de cal, estuco, microcemento, ladrillo visto o algún porcelánico para no tener problemas con las manchas, la humedad o el uso continuado de fregonas, la aspiradora, etc.
¿Y en los baños que no se alicatan, qué ponemos?
La duda más común es la de los que solo utilizan un porcelánico o azulejos en la zona de la ducha o la bañera, y dejan el resto sin alicatar, liso o con papel pintado. ¿Qué pasa con el rodapié? ¿Se pone a juego con las puertas y armarios? Además de utilizar un papel pintado apto para el baño o una pintura antihumedad, lo ideal es usar un rodapié cerámico o porcelánico de un color que, visto desde una perspectiva de conjunto, quede bien. Los de madera, y mucho menos madera de DM, no se recomiendan en baños, en todo caso en aseos donde no tengamos problemas de humedad.
En resumen
El rodapié no tiene que ser necesariamente igual que el suelo o las puertas, aunque en la mayoría de los casos se elija así y blanco, por ser la opción más versátil desde un punto de vista decorativo. También puedes instalar el zócalo del mismo color que las puertas o el suelo, o si ya lo tienes blanco y quieres poner una nota de color sin cambiarlo, darle una mano de pintura a juego con la pared, o en contraste con ella. Prescindir de ellos se puede, pero solo cuando las paredes sean de un material que no lo requiera, y en los baños, preferiblemente, también. Como os venimos diciendo zócalos y rodapiés son algo más que un adorno bonito que necesitas en casa.
¿Y tú, también tienes dudas sobre qué rodapié elegir? Esperamos haber resuelto vuestras dudas. Como siempre, esperamos vuestros comentarios y recuerda que puedes aprender cómo poner un rodapié.