Conoce las principales diferencias entre mortero y cemento: en qué consiste cada uno, cómo utilizarlos y qué aplicaciones tienen. Sigue leyendo para aclarar todas tus dudas.
En este artículo
Aunque parezca sorprendente, son muchas las personas que no tienen claras las diferencias entre mortero y cemento. Estos términos se suelen usar indistintamente, algo que conviene corregir para, como decían antiguamente en los colegios, "hablar con propiedad". Porque aunque pertenecen al mismo campo (la construcción y acabado de paramentos de obra), en realidad son conceptos diferentes. En la siguiente guía aclaramos en qué consiste cada uno, qué tipos existen y qué elementos marcan las diferencias. ¡No te la pierdas!
¿Qué es el cemento?
El cemento es un producto en polvo utilizado para hacer mezclas aglutinantes; es decir, argamasas o revoques. Se fabrica con distintos elementos, siendo los más habituales la piedra caliza y la arcilla. Estos materiales se carbonizan a altas temperaturas y se pulverizan, dando lugar a lo que se conoce como Clinker. Según el tipo de cemento y el uso que se le vaya a dar, a la mezcla se le suelen añadir otros elementos en menor proporción: yeso (obtenido de minerales de sulfato cálcico), arena de sílice, conchas de moluscos pulverizadas...
- La principal característica del cemento es su capacidad de endurecerse cuando se le añade agua. Así se generan morteros y hormigones, argamasas con gran poder de adherencia que se emplean desde hace siglos para levantar construcciones, construir caminos, revocar fachadas, etc.
- También tiene un gran poder de adhesión, siendo empleado colocar azulejos, mosaicos, revestimientos y suelos.
- Se trata de un material exotérmico, es decir, que genera calor durante el fraguado. Esto permite su uso cuando las temperaturas son bajas, algo que suele afectar bastante a los materiales de construcción.
Tipos de cementos
Los cementos empleados en el campo de la construcción y las reformas se agrupan según su composición y su uso. Los más utilizados son los siguientes:
- Cemento gris. También conocido como cemento Portland, fue desarrollado en Inglaterra en 1824 por el ingeniero Joseph Aspdin. Es el más utilizado en construcción, siendo fundamental para mezclar hormigones y otros tipos de argamasas. Sus principales características son la rapidez en el fraguado y su alto poder de adhesión.
- Cemento puzolánico. Es un cemento gris al que se le añade puzolana y yeso en distintas proporciones. La puzolana es una arena volcánica que toma su nombre de la localidad de Pozzuoli (Italia), donde los romanos ya la empleaban en construcción por su capacidad impermeable y su progresivo endurecimiento a lo largo de los años. Es un cemento muy eficaz en obras marítimas por su resistencia al agua de mar.
- Cemento blanco. Se trata de un cemento gris en el que se ha eliminado el óxido de hierro. Esto hace que su color sea bastante más claro. Su resistencia es menor, por lo que se utiliza sobre todo para trabajos de acabado para paredes y suelos
- Cemento rápido. Como indica su nombre, este cemento fragua con mucha rapidez. Lleva aditivos que aceleran el endurecimiento, siendo adecuado para reparaciones inmediatas, levantamiento de estructuras o trabajos en zonas húmedas.
- Cemento cola. Se trata de un cemento básico, sin aditivos, empleado para colocar azulejos y baldosas para suelos por su gran poder de adherencia. Se clasifica en distintos tipos C1 (para interiores y piezas pequeñas y medianas), C2 (interior, exterior y piezas grandes), flexible, para superficies de yeso y para tabiquería seca.
¿Qué es el mortero?
El mortero es una mezcla aglutinante o argamasa que se fabrica con cemento o cal y agua. Se le pueden añadir otros aditivos, pero en su forma básica lo habitual es que lleve cemento y arena. Tiene gran poder de adhesión, lo que lo convierte en imprescindible para construir muros y realizar acabados en paramentos de construcción.
- Esta es la primera de las diferencias entre mortero y cemento: el primero es una argamasa, y el segundo, un "ingrediente" en polvo.
- Se trata de una mezcla muy resistente y que soporta bien la humedad.
- Dependiendo de los componentes, puede ser más o menos flexible y transpirable.
Tipos de mortero
- Mortero básico. se hace con cemento gris o Portland y áridos (arenas de distintos tipos). De uso universal, se emplea sobre todo para unir ladrillos o bloques, hacer reparaciones y enfoscados.
- Mortero de cal. Lleva cal añadida, lo que lo hace flexible y transpirable. La cal admite bien los pigmentos, por lo que se suele utilizar cuando se necesita una argamasa de color.
- Mortero cola. Se usa como adhesivo para cerámica, lajas de piedra, etc., para el revestimiento de paredes y suelos.
- Mortero rápido. Lleva aditivos que aceleran el proceso de fraguado. Entre otras cosas, es para hacer reparaciones que requieran inmediatez, como sellar fugas de agua.
- Mortero para juntas. También se conoce como lechada. Es un mortero muy fino, blanco o coloreado, utilizado para rellenar las juntas entre azulejos y baldosas en suelos y paredes
- Mortero refractario. Lleva aditivos y componentes que soportan las altas temperaturas, siendo empleado para construir chimeneas, hornos y barbacoas.
- Mortero tixotrópico. La adición de resinas sintéticas hace que este mortero sea más flexible y maleable, y que tarde más en endurecer. Se utiliza para revestir paredes con efectos que imiten otros materiales: ladrillos, piedra, madera, rocas...
Principales diferencias entre mortero y cemento
Una vez tenemos claro en qué consiste cada concepto y cuáles son los tipos que hay de cada uno, es el momento de resumir las principales diferencias entre mortero y cemento. ¡Toma nota!
Usos
El mortero se utiliza para unir bloques o ladrillos en muros o forjados de albañilería, mientras que el cemento se emplea para fabricar mortero mediante la adición de agua. Podríamos decir que ambos se utilizan para lo mismo, pero en distintas partes del proceso.
Composición
El cemento es un material en polvo fabricado a partir de minerales. El mortero, por su parte, se realiza mezclando cemento (y, en ocasiones, áridos y/o aditivos) con agua para formar una mezcla con poder de adhesión.
Por otra parte y atendiendo a la composición, nos encontraríamos con un tercer elemento de construcción que conviene conocer. Hablamos del hormigón, un mortero que incluye grava (piedras pequeñas) en su mezcla para hacerlo mucho más duro y resistente. Cuando el hormigón se refuerza mientras fragua con barras de hierro o acero, se convierte en hormigón armado.
Denominación
Muchas veces, los términos "mortero" y "cemento" no se utilizan bien. Por ejemplo, se suele hablar de suelos de cemento pulido o paredes de microcemento. En realidad, estaríamos hablando de mortero pulido o micromortero, ya que los revestimientos también llevan agua y otros componentes que no forman parte del propio cemento en sí.