Los timbres, los telefonillos y los porteros automáticos son claves en nuestro hogar. Los primeros nos avisan de la llegada de personas a nuestro domicilio o nuestra empresa, y los telefonillos y videoporteros son las soluciones que nos permiten dar acceso a nuestras visitas cómodamente desde el interior de nuestro domicilio. Un videoportero, además información, también puede aportarnos seguridad, especialmente si vivimos en una zona poco transitada o con mala iluminación. Desde Tu-servicio.es queremos ayudarte a elegir el telefonillo que más se ajuste a tus necesidades.
En este artículo Los timbres más fáciles de instalar son los inalámbricos (que funcionan a pilas o conectados a la red eléctrica), pero en realidad disponemos de diferentes opciones en el mercado. El timbre eléctrico se comenzó a utilizar en el siglo XIX. Antes de ese momento, la llegada de visitas era anunciada con campanillas o con la típica aldaba que tenían las puertas antiguas y que servía para llamar. El timbre fue creado por Edison en 1855, cansado de no oír cuando alguien se acercaba a su vivienda si había demasiado alboroto alrededor. Hoy en día, el timbre eléctrico ha dado paso a diferentes modelos que se pueden distinguir en función de cómo producen la señal sonora, su conexión o su tipo de aviso. Así, existen pulsadores que tienen un botón que, al ser presionado, envían una señal al timbre y éste emite el típico sonido en el interior de la vivienda. Pero también hay dispositivos capaces de reproducir la señal sonora generada tras pulsar un interruptor, llegando a escucharse el sonido incluso a los 100 metros, en función del modelo elegido. En cuanto a la conexión, existen soluciones con hilos, que son los que están conectados a la corriente eléctrica a través de cables, y los inalámbricos. Estos últimos no necesitan cables ni tampoco requieren de una instalación complicada. Llevan un radiotransmisor incorporado al motor con la función de enviar una señal al receptor. Una vez recibida ésta, se activa el sonido. En cuanto al tipo de aviso, la forma habitual es el típico ding-dong. Pero también hay timbres que emiten un zumbido a modo de aviso, lo que resulta muy útil en ambiente donde no conviene molestar, como una oficina o un colegio. Si en la vivienda o el negocio hay personas con problemas auditivos o siempre hay mucho barullo, existe la posibilidad de incluir un aviso por vibración o bien con una luz tipo flash. Por último, algunos modelos avanzados dan al usuario la propiedad de escoger entre diferentes melodías, lo que permite personalizar los avisos a nuestro gusto. Los timbres pueden estropearse con el paso del tiempo, especialmente si no se han utilizado durante un largo periodo de tiempo. Si el timbre de nuestra vivienda o negocio ha dejado de funcionar inesperadamente, podemos arreglarlo nosotros mismos de una manera cómoda, fácil y sin herramientas complicadas. Aunque si no nos gusta realizar este tipo de tareas o queremos un resultado más profesional, sin quebraderos de cabeza, podemos contactar un técnico que nos solucionará la incidencia de forma inmediata y con las máximas garantías. Si finalmente quiere arreglar el timbre por usted mismo, hay tres puntos que tiene que incluir en el proceso de verificación: el botón, el transformador y el juego de campanas. Para verificar el botón del timbre debemos desatornillar los tornillos y coger el botón ensamblado. Después, quitamos los cables del botón con un destornillador y haremos tocar las terminales de los dos cables entre sí. Si el timbre suena, es que es el botón el que está estropeado, así que la solución pasa por juntar los cables a las terminales de un nuevo botón, teniendo en cuenta de que cada cable puede ser unido a cada terminal. transformador, lo primero que debemos hacer es localizar el transformador en la caja de luz exterior. Después, colocaremos un multímetro o voltímetro en voltaje y tocaremos las clavijas del aparato con la terminal del transformador. Si no se registra voltaje será necesario reemplazar el transformador. corriente del transformador antes de empezar a reemplazarlo. Después retiramos el antiguo transformador, compramos un reemplazo en una tienda especializada y seguimos las direcciones de instalación del fabricante. Entonces reconectamos los cables del timbre al nuevo transformador, devolvemos la corriente eléctrica y comprobamos si el timbre funciona correctamente. verificar el juego de campanas. Para ello quitaremos la cubierta del mismo, quitaremos los cables unidos a la terminal, y juntaremos los cables al multímetro o voltímetro y si el medidor muestra corriente, reemplazaremos el juego de campanas. El siguiente paso es desconectar los cables antiguos, tomando la precaución de etiquetarlos con cinta para no confundirlos. Habrá cables al botón y al transformador. A continuación seguimos las instrucciones del fabricante con el fin de montar un nuevo juego de campanas en la pared y probaremos que funciona. Si todo está bien pondremos de nuevo la cubierta. Si no se muestra corriente cuando se usa el voltímetro o multímetro, lo más habitual es que el cableado pueda estar defectuoso. Si encontramos la interrupción en el cable éste puede ser arreglado cortando y empalmando otro cable sobre él. En cualquier caso, antes de reemplazar cualquier parte del timbre debemos comprobar si está fija cualquier conexión o si existen partes que pudieran estar sucias, ya que en ese caso la solución pasaría por limpiar bien los cables o apretarlos para evitar malas conexiones. Por el contrario, si el problema es que el timbre no deja de sonar, seguramente lo que esté ocurriendo es que haya cables tocándose entre ellos. Podemos reemplazar cualquier parte del timbre de una puerta comprando un timbre inalámbrico, lo que nos evitará preocuparnos por temas de electricidad o conexiones, ya que sólo necesitaremos suplentes de baterías para cuando éstas se agoten. Algunos de estos tipos de timbre incluyen posibilidades como detectores de movimiento o diferentes tonos a elegir, lo que nos permitiría saber, por ejemplo, si llaman a una puerta delantera o están llamando a una puerta trasera en un chalet, por ejemplo. En cuanto a los porteros automáticos, estos se dividen en telefonillos y videoporteros, que comenzaron a utilizarse en España en la década de los 80. De los modelos analógicos, fabricados con pantallas de tubo vacío, se ha dado paso a los videoporteros analógicos, y de estos modelos se ha dado el salto a la tecnología digital. Las pantallas en blanco y negro han dado paso a pantallas táctiles TFT o LCD, que ofrecen una imagen de vídeo y audio de alta calidad. Hoy en día existen dos tipos principalmente: de audio y de vídeo. Los de audio incluyen un interfono que permite la comunicación con voz entre el exterior y el interior de la vivienda. El sistema está compuesto por una placa de calle que se complementa con un teléfono con hilos o inalámbrico. El de vídeo consiste en una placa de calle y otra de casa, además de un teléfono que tiene un monitor para ver qué sucede en la calle. La imagen puede ser en blanco y negro o en color, y los modelos más avanzados incluyen grabación de la imagen. En cuanto a la conexión, existen modelos conectados a la corriente eléctrica mediante hilos, o soluciones inalámbricas, que funcionan sin cables, El botón lleva un radiotransmisor que envía una señal al receptor, activando el sonido y la imagen. Por su parte, la tecnología IP es compatible con tabletas y smartphones, mediante los cuales podremos ver quién llama, siempre que los dispositivos estén conectados a Internet, e incluso abrir la puerta. Por otra parte, existen porteros o videoporteros que sólo accionan una cerradura o puerta, mientras que otros modelos presentan una doble apertura, lo que permite abrir más de una cerradura, como el garaje y la puerta de acceso a la vivienda. A la hora de elegir un portero automático debemos tener en cuenta cuáles son sus prestaciones y si estas se ajustan a los niveles de seguridad que requerimos. ¿Necesitamos audio o vídeo? En el primer caso podremos optar por un modelo de manos libres, una solución que incluya protección contra la lluvia, o que abra una o varias puertas. En cambio, si elegimos un videoportero podemos optar entre una imagen en blanco y negro o en color, un sistema IP que nos permita accionar controlar el acceso y ver imágenes mediante Internet, un sistema de grabación o visión nocturna, la apertura de una o dos puertas, teclas táctiles, pantalla extra plana y sistemas de protección contra la lluvia, entre otros elementos. Pero si vamos a sustituir un portero automático por otro, no estaría de más que comprobaras si los cables del antiguo aparato son válidos para el nuevo. Si lo que queremos es instalar un portero automático o un videoportero, lo primero que debemos hacer es cortar la electricidad y elegir el cable adecuado. Si el transformador está en el telefonillo interior, éste se conecta a una toma de corriente, pero si es independiente debe conectarse tanto a la toma de corriente como al teléfono. Para abrir una canalización para tubos es necesario abrir una zanja entre la placa de la calle y el lugar donde vaya a ir el telefonillo en la vivienda. Después colocaremos tubos de PVC o acero en la tabla, cortaremos el cable necesario entre la calle y el telefonillo, pasaremos los cables por los tubos teniendo en cuenta que deben sobresalir 20 centímetros en cada extremo, y proceder a cerrar los tubos. Por otra parte, situaremos la placada de calle a una altura de 1,60 metros aproximadamente, dibujaremos el contorno de la caja empotrada, abriremos un surco y un espacio para la caja empotrada, y recubriremos el interior de la caja con una mezcla de cemento y arena. A continuación colocamos el tubo en el canal abierto y lo inmovilizamos con clavos. Después rellenamos el canal con la mezcla de cemento y arena, retiramos los clavos a medida que vayamos tapando el surco y dejamos secar. Por último, cortamos los cables y los conectamos. En cuanto al telefonillo interior, marcaremos el lugar donde va a ir situado a una altura mínima de 1,50 metros y trazaremos en la pared el recorrido de los tubos del cable que conecta la placa de la calle, el telefonillo interior y el transformador. Abriremos un surco algo más ancho que el diámetro del tubo, lo colocaremos y taparemos el surco con yeso negro. Ya sólo queda atornillar el soporte del telefonillo a la pared, cortar los cables dejando margen para que sea cómodo manipularlos, atornillar el teléfono al soporte y, si contamos con un transformador, conectarlo al telefonillo y al circuito eléctrico.
Un poco de historia
Tipos de timbres
Cómo arreglar un timbre
Cuidado con la corriente
Porteros automáticos
¿Qué quiero en un portero automático?
Inspiración y proyectos
Elegir, instalar y reparar timbres, telefonillos y videoporteros

Jose Manuel
Profesional
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Publicado el 27/08/2015
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hace 8 años
Oye pues me parece muy útil yo desconozco bastante este tema pero es tan fundamental que no nos damos cuenta. Están ahí y no lo valoramos...