Si el aire acondicionado de tu vivienda huele mal, hay que aplicar medidas inmediatas. Te descubrimos las distintas causas de los malos olores y te contamos cómo reparar un aire acondicionado.
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Puede que esta situación te resulte familiar. Llegan los días más cálidos del año, conectas el aire acondicionado del salón o el dormitorio… Y junto con el aire fresco aparece un desagradable olor a moho, polvo, humedad o incluso vinagre. No te preocupes: es habitual cuando un equipo ha permanecido mucho tiempo apagado. Las causas de estos olores son variadas y todas ellas tienen solución. Descubre por qué el aire acondicionado huele mal, cómo tratar los distintos equipos y qué soluciones adoptar para volver a disfrutar de un aire limpio y sano.
Por qué huele mal el aire acondicionado
Si el el aire acondicionado huele mal, la razón suele ser la acumulación de suciedad y polvo en el interior de los equipos (o en los conductos del falso techo, si lo hay). Tanto los filtros como el intercambiador o el ventilador son susceptibles de acumular residuos que se depositan de forma paulatina durante las épocas más frías, en las que no encendemos el equipo. Otra de las causas es un desagüe atascado o en malas condiciones. Y por último, la propia circulación del aire propiciada por los equipos puede generar malos olores; por ejemplo, procedentes del exterior, de la cocina…. Este problema suele ser habitual en equipos sin conductos de retorno. Si vas a instalar uno en tu vivienda, asegúrate de que cuenta con ellos.
Cómo eliminar los malos olores en el aire acondicionado
A la hora de arreglar un aire acondicionado que huele mal, es importante saber qué tipo de climatizador hay en el inmueble. El aire acondicionado puede ser de tipo split o multisplit, o puede tratarse de una instalación por conductos. Las soluciones son distintas para cada caso. Empecemos por los primeros:
- Evita que el split de tu aire acondicionado (la unidad interior) desprenda mal olor sometiéndolo a un buen mantenimiento. Basta con limpiarlo a fondo dos veces al año, antes y después de la temporada de uso.
- Si el olor es similar al del vinagre, es probable que el problema esté en los filtros. Hay que limpiarlos con agua y jabón 1 vez a la semana en verano, y 2 veces en invierno. Hoy existen equipos con autolimpieza que se encargan de esta tarea.
- Comprueba la bandeja de condensación. Es un elemento formado por láminas metálicas que se encuentra detrás de los filtros, y que recoge la humedad que se condensa en la batería. Es importante limpiarla con un producto desinfectante, como mínimo una vez al año.
- Aprovecha para verificar que el desagüe está en buenas condiciones. Hazlo vertiendo una botella de agua para comprobar que no está atascado. Si lo está, utiliza un alambre de fontanero para desatascarlo o llama a un instalador autorizado.
- Suciedad en el intercambiador y/o el ventilador. Son las dos piezas donde más se acumula. Mezcla en un vaporizador 1 litro de agua y 1 tapón de lejía. Vaporiza la mezcla y frota con una bayeta para quitar las manchas y los residuos. ¡No olvides ponerte guantes!
- La unidad exterior acumula mucha más suciedad que las interiores. Hay que limpiarla a menudo y vigilar el desagüe exterior. Si está conectado a la bajante general, es muy probable que los olores procedan de ella. En estos casos, la solución pasa por encargar la instalación de un sifón que actúe como barrera.
Si el aire acondicionado es por conductos, el problema es más complicado de solucionar. En estos casos hay que contactar con la empresa instaladora o encargada de su mantenimiento para que realicen una limpieza de los conductos, coloquen filtros de tipo F9 o cajas de filtración (si la ventilación de alguna zona no es correcta), o instalen lámparas UV-C.
Otros consejos para evitar que el aire acondicionado desprenda malos olores
Intenta encender el aire acondicionado a menudo. Evitarás que el polvo se acumule. Los equipos actuales llevan bomba de calor, lo que permite utilizarlos en modo calefacción durante el invierno.
No utilices ambientadores cuando el aire acondicionado esté encendido. Las partículas aromáticas se acumulan en los filtros y terminan por generar olores desagradables.