Si tu lavadora desprende un olor desagradable, tiene fugas de agua o la puerta no cierra bien, tal vez sea el momento de cambiar la goma de escotilla. Es un elemento muy importante al que, sin embargo, no siempre prestamos la debida atención.
El mejor consejo es realizar un buen mantenimiento, conviene limpiar y secar bien su superficie después de cada ciclo de lavado. De esta forma evitaremos que se acumule suciedad o aparezca moho y también alargaremos su vida útil. Pero con el tiempo, el uso y el roce de elementos como hebillas, la goma se puede acabar deteriorando.
Cambiar la goma de la lavadora no es demasiado complicado, pero conviene hacerlo correctamente para que ajuste bien y no haya problemas de estanqueidad. Vamos a explicar cómo hacerlo, pero, si no estás seguro del resultado, lo mejor es dejarlo en manos de profesionales.
En este artículo
- Primer paso: retirar la vieja goma
- Siguiente paso: una buena limpieza
- Ahora sí, podemos colocar la goma nueva
Primer paso: retirar la vieja goma
Una vez desenchufado el aparato, lo primero que debemos hacer es fijarnos muy bien cómo está colocada la goma de la lavadora porque no, no se puede colocar de cualquier manera. La pista son las muescas que suelen llevar en la parte inferior.
Ahora que hemos visto la posición de la goma, hay que separarla ligeramente con la ayuda de un destornillador plano. Conviene tener cuidado para evitar dañar el marco o cualquier otro componente. Aparecerá entonces una brida de sujeción, una pieza que evita que la goma se mueva y que debemos retirar.
El siguiente paso es empujar ligeramente la goma de la lavadora hacia el tambor. Veremos entonces una segunda brida de sujeción que también debemos quitar. Para ello basta con aflojar el tornillo que lleva lleva y hacer palanca. La abrazadera, que tiene forma de muelle, saldrá con facilidad.
Siguiente paso: una buena limpieza
Ya hemos sacado la goma de la lavadora, pero aún hay que dar un paso intermedio antes de colocar la nueva. Es muy importante limpiar en profundidad todo el hueco de la escotilla. De esta manera nos aseguramos de que no quedan residuos que puedan evitar que la nueva goma encaje a la perfección.
¿No hay mucha suciedad? Entonces será suficiente con pasar un paño húmedo. Pero si hay restos incrustados habrá que pasar con cuidado un cepillo hasta dejar la superficie perfectamente limpia.
Ahora sí, podemos colocar la goma nueva
El último paso para cambiar la goma de la lavadora es colocar la nueva. Para ello, simplemente hay que hacer exactamente lo contrario de lo que hemos hecho para quitarla. Pero antes, algo muy importante: la pieza se tiene que colocar en la posición correcta. ¿Cómo saber cuál es? Lo más sencillo es fijarse en las hendiduras para desaguar (se sitúan en la parte inferior) y en la flecha que indica la parte superior.
Lo que hay que hacer entonces es presentar la goma en la posición adecuada y empujar ligeramente en la parte inferior para que la ranura de la pieza se inserte en el carril de la cuba. Desde ahí se va ejerciendo presión hasta conseguir que la goma haya encajado bien en el carril. Un pequeño truco para facilitar la tarea es extender lavavajillas en la ranura de la goma, así se deslizará a la posición correcta sin esfuerzos.
Siguiente paso: poner la brida de sujeción interior, para ello solo hay que doblar la goma hacia dentro del tambor. Hay que recordar que se trata de un muelle, de modo que hay que forzarlo para que se adapte al perímetro de la puerta y apretar después bien el tornillo. Una vez hecho, se devuelve la goma a su posición y se encaja el borde en la parte delantera de la escotilla.
Ya solo queda colocar la brida de sujeción externa entre la goma y el marco, apretar y ¡listo! La lavadora ya está preparada para volver a funcionar sin problemas. Tal vez ahora cueste un poco más cerrar la puerta, no te preocupes, es normal.