Cuando en plena demolición aparecieron las vigas de madera originales lo tuvimos claro: había que restaurarlas y diseñar un proyecto que las pusiese en valor.
Las necesidades de Francisco estaban claras: dos dormitorios, mucho espacio y mucha luz.
Para optimizar la reforma de esta vivienda optamos por concentrar el cuarto de baño, la cocina y el almacenamiento en un núcleo central, dejando el resto de la casa en un espacio fluido y flexible, dividido mediante puertas correderas que transforman los espacios según las necesidades de cada momento.
Este núcleo no llega a tocar el techo, mejorando la percepción espacial y permitiendo la visión completa de las vigas existentes, ahora restauradas y barnizadas.
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