Las bisagras de los armarios de cocina son, aparentemente, muy complejas. Pero en realidad su funcionamiento es sencillo y súper práctico. Descubre qué son, cómo son y qué tipos de bisagras para muebles de cocina existen.
En este artículo
- Bisagras para muebles de cocina: características y montaje
- Tipos de bisagras para armarios de cocina y sus aplicaciones
Seguro que te has dado cuenta: las bisagras que unen la puerta y el cuerpo de los armarios de la cocina no se parecen a las de otros muebles. Son unos “cacharros” aparatosos, con tornillos y partes móviles aparentemente indescifrables… Si cuando las miras te sientes como en la nave Nosotromo de ‘Alien’, no te preocupes: te ayudamos a comprender cómo se utilizan y para qué sirve tanta complicación. El diseño de estos dispositivos está pensado para poder ajustar las puertas de los muebles con la mayor precisión posible, haciendo así mucho más sencillo el montaje de estos. Pero no existe únicamente un modelo: dependiendo del armario, hay distintos tipos de bisagras para muebles de cocina para escoger. Te contamos cómo elegir el más adecuado para cada caso.
Bisagras para muebles de cocina: características y montaje

Todas las bisagras empleadas en estos muebles tienen una estructura similar. Lo que cambia es el tipo de cierre, que varía según la forma en la que la puerta encaja o se apoya en el cuerpo del armario. Se conocen como bisagras de cazoleta, y una vez instaladas son totalmente invisibles desde el exterior. Además, resultan muy resistentes: pueden soportar puertas pesadas sin problema.
Una bisagra de cazoleta se compone de tres partes, todas ellas de acero:
- Cazoleta. Es la pieza que va al cuerpo del mueble. Tiene forma cilíndrica y saliente: forma un hueco o cazoleta donde se recoge el resorte, permitiendo que la puerta quede enrasada con el armario. Hay bisagras de cazoleta de 35 mm (las más comunes) y de 26 mm.
- Placa de montaje. Es la pieza que se fija a la puerta. Va unida a la cazoleta mediante la pieza central, el resorte. Lleva un tornillo para ajustar la posición de la puerta en sentido horizontal (profundidad).
- Resorte. Esta pieza lleva otro tornillo, en este caso para regular la altura de la puerta.
Para colocar estas bisagras, hay que separar la parte que conforman la cazoleta y el resorte de la placa de montaje. Después hay que taladrar un orificio ciego en la puerta donde se encajará la cazoleta; existen brocas especiales para ello. Una vez encajada y atornillada la pieza de la puerta, se fija la placa de montaje en el interior del mueble y se unen de nuevo ambas partes. Solo queda regular la altura y la profundidad de la puerta, manipulando los tornillos hasta lograr un ajuste perfecto.
Tipos de bisagras para armarios de cocina y sus aplicaciones

Dependiendo de como tenga que quedar alineada la puerta con el mueble, existen tres tipos básicos de bisagras para armarios de cocina:
- Bisagras rectas. Son las más habituales. Sirven para colocar puertas que cubren por completo los cantos del mueble, ocultándolos a la vista.
- Bisagras acodadas, centrales o semicurvas. Con ellas, la puerta queda ligeramente desplazada hacia el exterior del canto del mueble. Se colocan cuando las bisagras de dos puertas de armarios de cocina quedan juntas. Estas bisagras permiten abrir ambas puertas al mismo tiempo, sin entorpecerse.
- Bisagras súperacodadas, interiores o curvas. Son las menos utilizadas. Se usan cuando la puerta del mueble encaja en el interior de este, dejando los cantos a la vista y quedando enrasada.
Otros tipos de bisagras para armarios de cocina
Las bisagras de cazoleta son las más comunes en las cocinas, pero también las solemos encontrar en armarios roperos con puertas abatibles, muebles de televisión, etc. Por otra parte, hay módulos de cocina para cuya instalación se emplean otros modelos de bisagra, específicos para cada caso.
- Bisagras de rincón. Las cocinas modernas suelen incluir armarios en esquinas o rincones, perfectos para aprovechar los huecos. La apertura de estos módulos es más complicada que las de los armarios estándar. Lo más habitual es colocar puertas plegables, formadas por una hoja unida al canto del mueble y otra unida a la hoja anterior. La unión entre las dos hojas se realiza con bisagras de rincón, más ligeras y móviles que las de cazoleta.
- Bisagras sin cazoleta. También se conocen como bisagras de superficie o bisagras “easy-on”. Cumplen una función similar a las de cazoleta, siendo más fáciles de instalar. Su mayor desventaja es que estas bisagras no permiten regular la altura ni la profundidad de la puerta: hay que medir y marcar con total exactitud antes de colocarlas.