El cabecero es uno de los elementos más importantes de un dormitorio o al menos, uno de los que más carácter le dan. A la hora de elegir el estilo y material, todo depende del protagonismo que queremos que tenga: forjado, de piel, capitoné o madera son algunos de los materiales más alabados, que deben ir acorde con el resto de la decoración del dormitorio. Hoy te traemos 8 cabeceros para 8 estilos de dormitorio diferentes. ¿Con cuál te quedarías?
Un cabecero para los que busquen la utilidad

Este es un cabecero con doble función, ya que además de ser un cabecero, sirve como sencilla repisa a modo de "mesitas de noche". La doble funcionalidad le confieren un carácter muy práctico, pero no es la única utilidad que podríamos darle a un cabecero. Muchas veces, podemos utilizarlo para separar ambientes, ya sea el dormitorio del baño —cuando este está integrado dentro de la habitación— o para separar el dormitorio del vestidor.
Un cabecero artesanal para los románticos

Dicen algunos que el gusto y la elegancia están en la sencillez. Un sencillo cabecero construido a partir de palés o tablas de madera pueden darle a tu dormitorio ese aire romántico y cálido que buscabas. Además, puedes dibujar algún motivo que te guste o escribir un mensaje agradable. Lo ideal de estos cabeceros es que si eres un poco manitas puedas incluso hacerlo tú mismo.
Un cabecero forjado para los más cosmopolitas

Si buscas un dormitorio con aire urbano, el hierro forjado es el material más idóneo para conseguir ese ambiente. El hierro tiene la cualidad de que se adapta prácticamente a cualquier dormitorio y encaja muy bien con otros materiales como la madera. Es perfecto para dormitorios pequeños porque su sensación de ligereza (todo lo contrario al capitoné) aporta mucho volumen al dormitorio y también tienen la ventaja de ser muy versátiles.
Un cabecero tapizado para los amantes del buen gusto

No se puede negar que un cabecero tapizado viste cualquier dormitorio sea como sea este. Lo ideal es que el cabecero mida unos 10 centímetros más de ancho de lo que mide la cama y en cuanto a la altura depende, pero lo habitual oscila entre el metro de alto para que pueda lucir el tapizado elegido. Puedes jugar con un amplio abanico de estampados y de telas: los terciopleos, microfibras y cretonas son muy duraderos frente a la piel o polipiel.
El capitoné, un clásico aún de moda

Te guste o no te guste, el capitoné es un acabado de tapicería aún muy elegido por muchas personas porque le confieren un carácter muy personal y elegante a un dormitorio. La verdad es que viste muchísimo y todas las miradas se concentran en él cuando se entra en el dormitorio. Como desventaja está que es bastante sucio, ya que se acumula suciedad en las zonas de las hendiduras.
Un cabecero de madera para los que buscan calidez

Si hay un material estrella que no falla es la madera. En los dormitorios, la madera aporta mucha calidez y ambientes muy agradables. Los que busquen un dormitorio que transmita paz y serenidad, podrían optar por un cabecero y piecero de madera muy sencillos. El resto de complementos harían el trabajo: unos tejidos naturales, alfombras y algún complemento bonito.
Un cabecero para los seguidores del estilo boho

Si eres algo más atrevido, menos clásico y quieres un dormitorio con un estilo más marcado,
entonces quizá te decantes por el estilo boho. Un estilo muy ecléctico que busca la fusión
entre diferentes culturas (la africana, la asiática y la latinoamericana). Puedes encontrar
estos cabeceros hechos de madera tallada, papel pintado o de tela y son una auténtica
maravilla para los sentidos, ya que los puedes encontrar en multitud de colores.
Un cabecero a base de cuadros

Quizá no te decantes por ningún cabecero pero sí te apetece añadir algún complemento bonito sobre la cama. Imagina un mural hecho de tus cuadros favoritos o de fotografías, ¡podría ser el detalle que buscas! Una manera de dar protagonismo al cabecero de tu cama sin la necesidad de comprar un mueble y de dar rienda suelta a tu creatividad.
hace 5 años
Buenisimo