Cambio de bañera por ducha

En los últimos años esta ha sido una de las reformas o modificaciones más comunes en las viviendas. Es posible que tu cuarto de baño no cuente con unos azulejos estropeados, es más, quizá ni tengas azulejos y optes por la pintura para zonas húmedas. Es posible, también, que grifería y sanitarios estén en perfecto estado. No obstante, cambiar de bañera a ducha cuenta con bastantes ventajas que terminan por convencer.
Para empezar, la accesibilidad. Una ducha es mucho más accesible y si en casa convivimos con personas mayores es un paso bastante importante, además, tened en cuenta que nosotros mismos vamos a ir cumpliendo años. Una bañera es mucho más complicada en su acceso, algo que la hace más peligrosa, tanto para mayores como para pequeños.
También podemos decir que los platos de ducha hacen el espacio más grande y no sólo de forma visual. Si lo planteamos bien, podemos ganar algún rincón para incorporar muebles a medida que nos den más almacenaje. Además, no podemos negar que un plato de ducha es mucho más fácil de limpiar.
La
unificación de los espacios


Pensábamos que era una moda, pero no, la unificación de los espacios sigue siendo, a día de hoy, una de las reformas más demandadas. El motivo puede ser estético; y es que no podemos negar que ver una cocina abierta al salón y al comedor hace los espacios mucho más amplios y vistosos. No obstante, también entra en juego la funcionalidad. Tener espacios abiertos nos permite conseguir una estancia multifuncional. Un espacio en el que podremos estar todos conectados y en familia.
Ojo, que la unificación de los espacios no se ve únicamente en salones y cocinas. Hay clientes que actualmente demandan unificación en dormitorios, incluyendo el baño y el vestidor dentro del área de descanso. Otros, sin embargo, prefieren que esta unificación sea un poco menos más radical, apostando por soluciones como las paredes de cristal.
La importancia del suelo

Aunque no lo creamos, el suelo de una vivienda se lleva una gran parte del peso decorativo. Nos quedaríamos asombrados al ver cómo puede cambiar una habitación, o una vivienda en general, simplemente cambiando el pavimento.
Sí, es posible que este sea el momento de hacer este cambio. Ahora bien, no quieres meterte en reformas demasiado costosas y sucias. La buena noticia es que actualmente hay en el mercado un sinfín de opciones que pueden resultar atractivas para tu casa. Hay suelos como el laminado o el suelo vinílico que no requieren de obra. Podrás colocarlos encima de tu pavimento anterior sin problema alguno. Un efecto madera que dará calidez a toda tu casa. Además, si te gusta más el estilo urbano o industrial, siempre puedes apostar por hormigón pulido o microcemento. Tampoco requiere levantar el suelo anterior, aunque su colocación es un poco más compleja que el anterior.
Más almacenaje

Somos conscientes de que cada año que pasa acumulamos más y más cosas. En este punto, una limpieza a fondo nos puede venir bien, poner en práctica la filosofía de Marie Kondo y deshacernos de aquellas cosas que ya no necesitamos. No obstante, si te resistes a tirar nada, no hay otra opción, necesitas más almacenaje.
Estos meses pueden serte muy útiles para lanzarte y levantar ese armario empotrado que tanto deseas. Un armario a medida que cubra de suelo a techo y que te de muchas más opciones de almacenaje extra. Además, también son interesantes las estanterías o muebles de obra, que son capaces de adaptarse a los rincones más difíciles de la casa.
Para situaciones extremas, piensa en levantar tu suelo. Sí, hay opciones un poco más complejas que te permiten crear un falso techo cubierto por pavimento. Sistemas que te permitirán levantarlo en cada momento para guardar todo tipo de objetos en el interior.
Cambiar las ventanas de casa

Y como llega el frío, es importante hacer mención especial al cambio de ventanas. Si en tu casa pasáis bastante frío, si el calor en verano también es abrasador y no queréis arruinaros con el aire acondicionado o la calefacción, revisa tus ventanas. Si estas ventanas están viejas, probablemente estés perdiendo mucha energía a través de ellas. Sí, según los expertos, un acristalamiento óptimo puede reducir hasta el 70% de las pérdidas energéticas del hogar, porcentaje para, por lo menos, tenerlo en cuenta.
Busca materiales de calidad para tus nuevas ventanas, por ejemplo, el PVC. No es un elemento conductor, por lo que su propia naturaleza ya lo hace aislante. Además, también deberías apostar por ventanas con gran nivel de hermeticidad, por ejemplo, las ventanas abatibles son más herméticas que las correderas; y es que el sistema de cierre de las abatibles es por presión entre las juntas y el marco. Esto hace que las ventanas abatibles queden completamente cerradas en todo su perímetro.
hace 3 años
Excelentes propostas!