Si tienes un baño pequeño en casa y tu próximo objetivo es mejorarlo, toma nota de 4 reformas que te ayudarán a ganar mucho espacio. No es magia, es un diseño que haga que su uso sea cómodo, y muchas soluciones sencillas que te regalan ese espacio extra. Funcionalidad y personalidad son los elementos que nos guiarán para emplear los recursos a nuestra mano, con un toque especial... ¿Te atreves a probar? Toma nota y ¡acierta!
En este artículo
- 1. Un buen diseño
- ¿Y si hiciera falta cambiar los sanitarios de sitio?
- 2. Adiós bañera
- Materiales para el plato y la mampara
- 3. Abriendo muros
- Trabaja sobre plano
- 4. Haz magia con el resto de elementos
- Y saca partido a cualquier defecto
1. Un buen diseño
Lo primero que debemos hacer es analizar el diseño del baño para ver si nos conviene. Hay que ver cómo se distribuyen los sanitarios y qué cosas se podrían mover para conseguir ese confort que anhelamos. Y todo sin perder de vista el estilo (como lo haríamos en otra estancia de casa). Importa la distribución, el uso de la luz natural (si la hay) y el resto de elementos a valorar para lograr un ambiente cómodo. Te sorprenderá descubrir las posibilidades que se abren si un experto te diseña un mueble a medida (o de obra) y el espacio que se gana usando sanitarios un poco más pequeñitos de lo habitual. Hay lavabos curvos o flotantes (mucho más ligeros en apariencia), e inodoros con cisterna baja (de líneas redondeadas) que cumplen su función, en un espacio mínimo. Y todo sin perder de vista la parte estética.
¿Y si hiciera falta cambiar los sanitarios de sitio?
La mayoría de las veces se puede hacer, pero se necesita siempre contar con un buen asesoramiento para evitar futuros problemas de atascos, fugas o goteras en la vivienda inferior. Lo más importante es planificar la distribución alrededor del inodoro. Una vez tengamos claro dónde va, situaremos el resto de elementos. Generalmente en esto los profesionales son muy restrictivos intentando evitar modificaciones. Muchas veces cambiando la apertura de la puerta, o instalando un modelo corredero, se evita desplazar en exceso el inodoro (que es el que más problemas te puede traer).
2. Adiós bañera
Cambiar la clásica bañera por un plato de ducha es una reforma de lo más solicitada cuando lo que se pretende es ganar amplitud. Sobre todo si en lugar de ocupar el espacio con un plato que cubra el ancho de la antigua bañera, nos conformamos con un modelo más pequeño. Los platos de ducha a ras de suelo, además de ser mucho más seguros, potencian la sensación de amplitud del baño sin obstáculos. Antes de elegir el modelo, hay que tener en cuenta cuál es la necesidad principal que nos motiva a quitar la bañera. Mejorar la accesibilidad, potenciar el diseño o sacar todo el partido a un espacio reducido. Los platos que menos ocupan son los curvos, dejando más hueco así para el lavabo e inodoro. Pero no descartes en principio ninguna forma. Quizás uno rectangular o cuadrado aprovecha mejor el hueco (fíjate en el diseño a medida de la foto). Un buen diseño te sacará de dudas.
Materiales para el plato y la mampara
Los materiales más habituales son cerámica, resina (o carga mineral), acrílicos o piedra. Debemos priorizar los que estén hechos con materiales antideslizantes, reduciendo al máximo el riesgo de futuros accidentes, resbalones o caídas. En cuanto a las mamparas, no son algo imprescindible. Pero si un elemento a valorar para evitar salpicaduras y facilitar la limpieza. Para ganar en sensación de amplitud elige modelos sin perfiles (o con los mínimos). Con puertas batientes, o incluso versiones que abren hacia dentro, para facilitar la entrada. Lo mejor de los modelos correderos es que no necesitan espacio para abrirse, pero cuestan más de limpiar (eso tenlo también en cuenta).
3. Abriendo muros
¿Tienes un baño en suite enano? Sustituye el tabique por uno de cristal o por separadores verticales de madera, y verás cómo crece. También puedes abrir un vano acristalado fijo en la parte superior de la pared (eso lo llenará de luz natural). Para que siga siendo estético lo mejor es conectar visualmente la zona del lavabo y/o tocador con el dormitorio, y dejar la del inodoro detrás de una puerta. En cuanto a conectar la zona de la ducha, ya depende de lo pudoroso que seas. Aunque colocando un estor (por la parte del dormitorio) se puede solucionar el tema de la privacidad.
Trabaja sobre plano
Trabajando sobre plano se pueden proyectar distintas distribuciones. Algunas incluso, menos complejas de lo que esperabas. Al hacerlo es posible que aparezcan huecos (ahora tapados) que se pueden rescatar para optimizar aún más el espacio y ganar capacidad de almacenaje. ¿Te imaginas qué bien te vendría un práctico armario a medida para las toallas o tus perfumes? Las hornacinas que se hacen dentro de las duchas son una solución ideal para dejar champús, geles y todo lo demás a mano, sin estorbar (fíjate en la foto). También puedes planificar la instalación de un estético inodoro, con cisterna oculta, detrás de un tabique a media altura y aprovechar la parte de arriba para guardar (con estantes abiertos o un armario).
4. Haz magia con el resto de elementos
A veces no hacen falta reformas drásticas para conseguir un efecto sorprendente. Un espejo de pared a pared, o de suelo a techo, tiene la virtud de ampliar el espacio exponencialmente. Y si quieres rizar el rizo, encarga también puertas de armario y mamparas de espejo. En aseos de cortesía, o baños de pocos metros, es mejor no saturar el ambiente con los revestimientos. Los acabados de piedra, madera tratada, o cemento tienen un gran valor decorativo, sin necesidad de buscar más ornamentos. El estilo minimalista siempre engrandece y juega a favor de la falta de espacio. Modelos de lavabos encastrados en la encimera, sin juntas, resistentes a la humedad, las manchas y el vapor son siempre una opción a tener en cuenta.
Y saca partido a cualquier defecto
A un espacio muy reducido se le suman a veces otros problemas que complican la distribución. No tener ventana, por ejemplo, se puede solucionar con paneles luminosos que la simulan (contando siempre con un buen extractor para evitar la humedad) y varios focos en el techo que aporten luz general y sin sombras. Tener justo esa ventana sobre el lavabo (donde iría el espejo) se podría solucionar con una estructura que, sin tapar del todo la entrada de luz, coloque el espejo delante, o incluso pegando el espejo a la ventana. ¿Tienes una viga o pilar de madera o hierro en el baño y te molesta? En lugar de intentar taparlo, saca a relucir su mejor cara realzando su belleza.