La parcela se encuentra en la esquina que conforman las calles Gertrudis Gómez de Avellaneda y Camino Alto del Prado, desde donde se realiza el acceso.
La vivienda se proyecta en forma de T ligeramente deformada. Toda la vivienda se resuelve en una sola planta cuadrada donde el salón-comedor se añade como un apéndice. La vivienda tiene unas “bocas” que se abren al sur. Estas funcionan como entrada a la vivienda, como parasol para el salón y como un porche recogido junto al dormitorio principal. El resto de fachadas tienen unas aperturas más controladas. Bajo parte de la planta baja se encuentra el garaje. Dada la pendiente que tiene la calle camino Alto del Prado, el acceso al rodado se realiza desde el punto más bajo de la parcela, tal y como estaba planteado originalmente. Se plantea un nuevo acceso peatonal a la parcela desde la calle Camino Alto del Prado
La comunicación interior entre los dos niveles se realiza a través de un ascensor. Por el exterior una rampa que discurre paralela al Camino Alto del Prado conecta el jardín con el acceso al garaje.
La vivienda se diseña para una pareja de cierta edad, con un programa de necesidades relativamente convencional, donde la superficies de cada estancia están adaptadas a las necesidades solicitadas. Una gran cocina donde hacer vida, una bodega y un gran vestidor han sido los principales condicionantes, además de resolver toda la vivienda en una única planta sin desniveles.
La estructura del edificio y cubierta, se realizan con prelosas con hormigón armado. Las fachadas se revisten de una piedra blanca. En contraste con ella, las carpinterías serán de color grafito.
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