El propietario, un joven emprendedor, compró el piso hace tres años con mucha ilusión y esfuerzo. Decidió reformar la entrada, el salón, los espacios más públicos, el corazón de la vivienda, para darle un aspecto personal, joven y actual.
Se eliminó una habitación y una terraza para ganárselo al salón derribando un tabique y un muro de cerramiento. Las paredes se enmarcaron para dar personalidad a cada uno de los nuevos espacios, un nuevo comedor con doble pared en piedra cerámica, el frente del salón diseñado como mueble principal en blanco se pintó en un “verde granada”, y el resto de paredes en “gris muralla china”. La percepción colorimétrica varía según el ángulo de visión de la sala.
Colores absolutamente personales elegidos por los propietarios que por la buena iluminación natural del piso tienen la particularidad de potenciar el cambio de color según la hora del día. El verde a veces es azul, y el gris pasa a ser celeste. La iluminación artificial de temperatura mayoritariamente cálida se ve reflejada fácilmente por el gris y contrastada con la frialdad de las paredes verdes simulando pequeñas puestas de sol interiores.
Una de las claves principales de esta reforma fue la eliminación de las puertas de paso al salón sustituidas por dos arcos de exactas dimensiones diferenciados en su profundidad. Estos pasos arqueados aportan una continuidad espacial a los espacios públicos y resaltan las nuevas vistas interiores con vocación tropical de la vivienda.
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