En este artículo os compartimos la reforma de un bonito local, el restaurante Nandos. Los primeros materiales, la luz, los reflejos y la mirada visten un acogedor espacio diáfano en el que se puede distinguir una zona de acceso y dos zonas de comedor. Tras un muro equipado encontramos los aseos, un comedor reservado, una pequeña bodega y la cocina, que completa el programa de usos. La iluminación, los revestimientos y los detalles crean una atmósfera acogedora de la que participa el mobiliario. El orden, la comodidad y la flexibilidad, un todo a partir del equilibrio entre sus partes. Para crear intimidad y unidad se utilizan una flor y a veces una vela. El resultado es un lugar en calma, un lugar en el que, sencillamente, sentarse ¡a comer! La mesa … ya está puesta.
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hace 8 años
Desde luego es innegable la excelente labor que se ha hecho con el tema de la iluminación porque veo que los techos son muy bajos con lo que ello conlleva de cara a la sensación de amplitud y demás pero aquí está muy bien resuelto. Ha quedado genial.
hace 8 años
Muchas gracias por tu comentario, Monleon. Efectivamente uno de los condicionantes importantes del local era la altura libre de 2.35 cm, el otro, la luz. Te adjunto algunas fotografías del estado original. Un saludo