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El color elegido ha sido todo un acierto, pasando de un azul tipo "laguna" terno a un gris "topo" satinado. Podemos afirmar que el esmalte aplicado es de lo mejor que ha pasado por nuestras manos. Es de una marca europea que no queremos desvelar, secreto profesional, de su fácil aplicación y el resultado final es absolutamente de categoría y resistente a todas las inclemencias.
Hemos decapado por completo la cornisa mediante soplete usando rascadores y cepillos. Ha necesitado de aplicaciones de siliconas y emplastes de reparación. Al final, bajo nuestro criterio y comprobado que esta parte de la fachada era la que más sufría las inclemencias del tiempo, decidimos aplicar cuatro manos a distinta densidad de nuestro fantástico esmalte.
Restaurar las puertas de entrada ha sido desde lejos el trabajo más laborioso pero con un resultado impactante. Como se puede comprobar, los anteriores "especialistas" que las pintaron, debieron pensar que era lógico aplicar color hasta en las manillas de las puertas (¡de bronce!). Hemos desmontado todos los enseres de las puertas, los hemos decapado y cepillado a conciencia y ya ven el resultado... Queda pendiente la colocación de una chapa protectora de latón entre la cerradura y la empuñadura para evitar los daños que producen los golpes de llaves y llaveros como se puede comprobar en la foto de antes.
La clienta no podía cambiar sus buzones de acero inoxidables, pues eran los que eran e instalar otros sería muy costoso y podría significar hacer alguna reforma en las puertas de entrada. ¿La solución?... limpieza a fondo, lijado, aplicación de un fijador específico y tres manos de Hammerite color oro.
Este es un ejemplo de restauración. Hemos rascado y lijado las partes descompuestas y aplicado posteriormente una pasta con fibra de alta dureza y resistencia para reconstruir la zona afectada. Queríamos cortar la zona afectada y reemplazarla con madera nueva, pero debido al ajustado presupuesto de la clienta, le ofrecimos este trabajo, juzguen ustedes mismos.