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Proyecto ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento de Gijón, fallado el 09-04-2014, con un presupuesto de ejecución material de más de 6 millones de euros y con la eficiencia energética como objetivo principal.
Con una actualización en la normativa de accesibilidad, se recuperan estos espacios ajardinados comunes actualmente sin más uso que servir de separación física entre edificios y se propone un uso más directo con los vecinos sin los inconvenientes antiestéticos de fachadas traseras repletas de ropa tendida y tubos de calefacción o ventilación recorriendo las fachadas. Un espacio más transitable y accesible a todos.
224 viviendas que conforman un centro urbano rodeado de suelo industrial que se remonta a 1956. Los métodos de construcción, así como las exigencias de urbanismo y las necesidades de los vecinos han ido cambiando sin una correspondencia arquitectónica que solvente dichos problemas. La actualización en la normativa de accesibilidad así como la implementación de las nuevas tecnologías en materia de eficiencia energética, se hacen necesarias ya no por motivos globales o generales sino por motivos personales de cada vecino. Pues supone un cambio enorme (para bien) en la factura de la luz y el gas así como una mejora irrefutable en la comodidad, y ambas juntas (economía y comodidad) determinan la calidad de vida.
Más allá del objetivo de mejorar la eficiencia energética, se trata también de mejorar la imagen estética, sin artificios, y sin perder el carácter arquitectónico original.
Vista en la que se aprecia el deterioro de más de medio siglo de vida; elementos estéticos desfasados, obsolescencia de las instalaciones de luz, gas, telecomunicaciones, saneamiento, etc... Además de daños que no se aprecian como humedades por capilaridad y por filtración, etc...
Una imagen renovada, sin excesos estéticos pero con soluciones eficaces y funcionales, nos lleva a la instalación de petos en las fachadas traseras para tapar la ropa tendida y no provocar una impresión negativa a los vecinos del edificio contiguo pues su vista principal es siempre una fachada trasera... Del mismo modo, se reconfiguran los caminos por los que transitan los vecinos para incorporar mejor las zonas ajardinadas y por su puesto adaptándonos a la normativa de accesibilidad.
Con líneas limpias se consigue un diseño simple y funcional que no deja de ser sugerente y atractivo... Unas obras tan grandes suelen exigir el desalojo de los vecinos durante el transcurso de las obras, ya que se sustituye toda la carpintería anticuada por carpintería nueva de rotura de puente térmico. Pero en la redacción del proyecto, y desde el principio, fue una premisa fundamental alterar lo menos posible la vida de los vecinos, y si bien no es posible hacerlo sin ninguna alteración, sí era necesario reducir al máximo las interferencias de las obras con la vida de los vecinos.
Aquí podemos ver como se armoniza el núcleo de comunicaciones verticales de nueva planta con el edificio original. Partíamos de un edificio sin ascensor, levantado en 1956 y con las instalaciones ya obsoletas; luz, gas, telecomunicaciones, saneamiento... Se trataba en definitiva, de actualizar servicios, normativa y sobretodo eficiencia energética.
En esta termografía se puede ver claramente aquellas viviendas con la calefacción encendida y las que no. El calor escapa por las carpinterías viejas y deterioradas.
El aislamiento a nivel peatonal, debe ser más resistente que el del resto de la fachada, ya que tiene exigencias mayores. Debe convivir de forma directa con los peatones, la gran mayoría cívicos y algunos no, y poder garantizar la durabilidad. Los paneles de GRC que elegimos son de tipo sándwich con un relleno de Poliuretano como aislante y un mortero con tratamiento antigrafiti de cobertura. Fijado con perfiles de acero galvanizado a la fachada, su aspecto estriado completa estéticamente el edificio.
Aquí, podemos ver en detalle el sistema SATE: una primera capa de EPS (Poliestireno expandido) de 9mm fijada a fachada con adhesivo y espigas de platillo, una segunda capa de mortero blanco adhesivo con una malla de fibra de vidrio y una tercera capa de mortero blanco adhesivo de protección y terminación. Para los huecos de fachada, optamos por un recercado monopieza de composite de resinas termoestables con núcleo de aislante térmico inyectado con color en masa... con ciertas complicaciones para su colocación por tratarse de una sola pieza, pero muy práctico por su reducido espesor y su terminación.
En este detalle 3D, vemos la rotura de puente térmico necesaria en la caja de la persiana, así como el encuentro del sistema SATE (aislamiento vertical de fachada) con los prefabricados existentes de hormigón y con el hueco de fachada. También se aprecia la rotura del puente térmico en las carpinterías.
En este detalle 3D de la cubierta, se puede ver nuestra propuesta de aislamiento. Una propuesta que plantea unas placas de XPS (Poliestireno extruído) de 12mm unidas entre sí por omegas de acero galvanizado fijadas mecánicamente al tablero existente. Dada su relación transmitancia-precio, el Poliestireno se convirtió pronto en nuestra elección para aislar un edificio en el que viven esencialmente trabajadores con sus familias con unas economías modestas.