Mudarse de un piso "de toda la vida", de generosas dimensiones, a un piso con la mitad de la superficie.
Con la dificultad añadida de no querer desprenderse -casi- de ningún mueble.
La solución: eliminar algunas paredes innecesarias, y dotar de luz natural a la mayor parte de la vivienda.
Hubo algunas dudas iniciales respecto de abrir o no la cocina al salón, pero actualmente la cliente se encuentra feliz de haber optado por integrar las diferentes estancias.
Todo un desafío que hemos superado exitosamente :-)
En este artículo