La vivienda está situada en la zona de Cabueñes perteneciente a la ciudad de Gijón. Es un área residencial muy próxima al centro de la ciudad, que se caracteriza por sus amplias zonas verdes ajardinas entre chalets y urbanizaciones.
En esta intervención de reforma integral se fijan como objetivos rescatar el inmueble mejorando la distribución, potenciando los espacios y unificando la materialidad de la casa.
Tras estas consideraciones, se decidió incorporar el espacio de cocina al salón, de forma que aumente la sensación espacial de amplitud y hacerle partícipe del área más social de la vivienda. Se incorpora una isla que define el área de cada programa y permite una transición suave entre ambos espacios.
La sala de estar, se encuentra dividida en dos niveles. El primer nivel ligado al comedor y a la entrada de la vivienda, y el segundo nivel en torno a la chimenea, vinculado a los espacios exteriores de terrazas y jardín. Aprovechando esta división se propone una pieza a medida donde descansa el sofá permitiendo una transición entre los niveles y creando dos ambientes diferenciados.
La chimenea se reestructura por completo convirtiéndose en protagonista de la estancia, se incorpora una bancada continua ocultando los radiadores y propiciando un espacio donde sentarse junto al fuego o las ventanas. Se diseña un mueble a medida tipo acordeón permitiendo la ocultación del televisor.
En el vestíbulo de la casa se propone una intervención completa en el núcleo de escaleras mediante un entramado de madera ligero que aporte privacidad a las estancias superiores y unifique con el resto de acabados.
La materialidad en este proyecto ha sido una de las piezas fundamentales con las que conseguir armonizar la vivienda.
Se realiza un proceso de decapado en las maderas del techo y se aplica un tratamiento para rebajar el tono. Los suelos son continuos en todas las estancias mediante piezas cerámicas de formato extra grande con junta mínima.
El proyecto de reforma saca a relucir todo el potencial oculto de la vivienda simplificando su materialidad. A raíz de este ejercicio de reducción, se maximiza el confort y la funcionalidad mediante amplios espacios y elementos singulares que potencian cada rincón, convirtiéndolos en espacios útiles, agradables y únicos.
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