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La cocina queda visualmente abierta al salón, pero se puede cerrar por completo gracias a las tres puertas correderas de vidrio.
En una de las duchas realizamos unos huecos de obra que quedan muy decorativos y son útiles para almacenar geles u otros botes.
El salón cuenta con una chimenea decorativa y mantiene uno de los antiguos muebles que tenía, que, lacado con dos manos de pintura blanca, quedó como nuevo.
La nueva cocina se amplió con el antiguo cuarto de servicio, y se diseñó para ser un espacio minimalista y poder cocinar alrededor de la isla central, así como poder desayunar en ella (faltan los taburetes, que la propiedad quiso comprar por su cuenta).
La línea de los baños, es sobria y elegante, guardando relación con el resto de la vivienda.
Los cuatro armarios empotrados que posee la vivienda cuentan con luces interiores led que se activan al abrir las puertas de los mismos.