La vivienda tiene 146 metros cuadrados útiles, y forma alargada. Esta vivienda quedaba distribuida por un largo y estrecho corredor interior. Los clientes necesitan tres habitaciones y un estudio. El proyecto centra su atención en romper la actual barrera que es ese pasillo.
Se analiza la vivienda y las necesidades de los propietarios, y se generan dos espacios diferenciados, la zona común de la vivienda y la zona privada. Atendiendo a la segregación día-noche, la zona de salón-cocina-estudio-juegos y la zona de dormitorios, respectivamente.
La idea de dividir solamente estos dos grandes espacios genera la volumetría de la vivienda. Con el fin de eliminar el antiguo, largo y oscuro pasillo se define una curva que encierra las estancias privadas de la casa. Esta curva permite ensanchar y estrechar los diferentes espacios para crear distintos ámbitos. Esta curva es construida con un tabique de pladur, moldea toda la distribución de la vivienda, permitiendo concatenar todos los espacios de la zona de día, de manera que haya una referencia visual continua a lo largo de toda la vivienda.
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