Se transformó una buhardilla construida hace 70 años. Estaba de obra, sin revestir, con la piedra y el hormigón visto. Se optó por dejar el hormigón visto y encalado en el techo a dos aguas. Las paredes se revistieron de pladur así como las vigas y pilares para darles un aspecto más amable y cuidado.
Se ha mantenido el espíritu de la buhardilla, cálido y diáfano. Lo más característico el contraste de texturas y materiales, convirtiendo un material como el hormigón en un elemento esencial y que aporta calidez.
- Etiquetas descriptivas:
- reformas viviendas, reformas, antes y después
Deja tu comentario
Deja tu comentario