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El mayor reto era transformar una vivienda moderna de carácter minimalista en el barrio de Lavapiés a una vivienda rústica de estilo provenzal. Para ello optamos por cerrar algunas estancias y diferenciar aún más las zonas de paso sin que dejará de ser un espacio diáfano. Cambiamos totalmente los revestimientos, utilizando la piedra y el barro como elementos esenciales del estilo rústico para empezar con la transformación. Uno de los elementos más importantes y con más carácter de la vivienda son las estructuras de madera que creamos para diseñar y crear diferentes alturas en los techos así como para revestirr las vigas que ya tenia la vivienda. La madera también fue fundamental a la hora de diseñar puertas, ventanas y contraventanas. El toque provenzal sin duda se lo dimos con la elección de colores pastel y neutros para la pintura y la decoración y mobiliario. Elegimos cuidadosamente piezas únicas encontradas en anticuarios con otras escogidas en la famosa tienda de decoración Maison du Monde, que tiene mobiliario exquisito y perfecto con el estilo que estábamos buscando. El textil y papeles pintados también seguían la misma gama cromática, con estampados de flores pequeñas, rayas finas, o sencillo dibujos.
Aquí podemos apreciar como los espacios aunque estén separados no pierde el espacio ese carácter diáfano que ya tenia la vivienda anteriorimente
Aquí se aprecia las estructuras creadas para los techos así como el lucernario sobre la cocina que le aporta luz natural a prácticamente toda la casa durante todo el día y el revestimiento de las vigas y columnas.
Quisimos darle la mayor importancia de la reforma a las zonas comunes de la vivienda, ya que es el corazón de la casa. En la zona de estar, salón, comedor y cocina la familia realiza la mayor parte del día a día, por eso quisimos que todo estuviera conectado pero a la vez dandole a cada espacio su intimidad creando finos muros que ayudan a diferenciar las zonas de paso y los diferentes espacios.
