Nuestro cliente necesitaba decorar un salón y el dormitorio de una buhardilla en la sierra Madrileña.
El presupuesto era muy ajustado pero solamente con la adquisición de un sofá, un mueble vajillero de madera natural, mesa rustica de centro y unos bonitos complementos como cojines, plaids, espejos y cuadros conseguimos dar un toque muy femenino, juvenil y sofisticado a un salón sin gracia.
El resultado del dormitorio fue igualmente fantástico. Con un bonito papel pintado en fucsia, unos cojines en un precioso verde pistacho y una puerta recuperada que convertimos en cabecero el dormitorio se convirtió en una estancia muy especial.
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