Por su profesión Cristina Cruceira sabe muy bien lo que significa un cambio de look. Con el “renovarse o morir” por bandera nos abre las puertas de su “hogar” y nos pide que creemos para ella y sus hermanas un espacio en el que querer entrar a trabajar todos los días, y en el que sus clientes se sientan aún más agusto.
Hace doce años Cristina se embarcó en la aventura de abrir su propia peluquería, y durante este tiempo su clientela se ha convertido en una pequeña gran familia. Este ambiente familiar se respira nada más entrar en el negocio, donde nunca faltan charlas animadas y sonrisas cómplices.
Con este espíritu de fondo hemos querido crear una peluquería de líneas puras, que combina el color blanco como telón de fondo con maderas claras en suelo y mobiliario a medida, sin perder de vista el toque acojedor y hogareño que dan los detalles decorativos y los elementos vegetales que hemos introducido en toda la peluquería.
En esta peluquería hemos realizado un proyecto integral, desde el rediseño de su Imagen Corporativa hasta el Diseño Interior.
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