En esta ocasión, el cliente buscaba algo original para esta pastelería que pretende ser la primera de una cadena. Para ello, la inspiración llegó en forma de líneas longitudinales que marcan todo el espacio con una rotundidad impecable. Para ello hemos utilizado franjas de Silestone en blanco y rosa fucsia intercaladas de manera que recorren todo el pavimento, se doblan para subir por las paredes y terminan escondiéndose en el techo de madera que queda suspendido. Otros pequeños detalles cierran un proyecto innovador para un negocio desde siempre muy tradicional.
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