Se trató de una obra nueva en el Albaicín con demolición de lo existente. Hubo que racionalizar el espacio al máximo. La obra fue encargada en su totalidad incluido amueblamiento. Los cerramientos se estudiaron para que tuviesen la máxima eficiencia y no fuese necesario calefactar. Al ser una vivienda de fin de semana se pensó para puesta en temperatura muy rápida. Mobiliario en maderas y blanco para aumentar la sensación de amplitud.
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