El proyecto se plantea como un único gesto potente que caracteriza el espacio, una envolvente inteligente de luz y sonido. Esta, en su formalización, matiza diferentes zonas dentro de un único espacio. Un espacio de caricias en forma de colores y música, por las que el usuario se siente envuelto, al ritmo que marca el dj cual Virgilio en la noche.
El resultado es un espacio camaleónico. Un lugar formado por distintas concentraciones de gotas de color suspendidas en el aire, una niebla de color y música, una nube de luz.
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