La intervención en el acceso al inmueble, viene de la necesidad de hacerlo accesible y cumpliendo con la normativa vigente para edificios destinados a uso residencial.
La edificación pertenece a una construcción de los años 60, por lo que no requería de espacios dispuestos para uso por personas de movilidad reducida en los momentos de su ejecución.
El hall de entrada se encuentra dividido en dos niveles de altura, conectados por distintos tramos de escaleras. Por lo que para acceder al desembarco del ascensor, primero habría que subir un tramo seis escalones.
La propuesta conecta dichos niveles a través de una rampa y baja el desembarco del ascensor, pudiendo acceder a este a través de la rampa.
Los materiales claros y el uso de espejos, multiplica el espacio y lo clarifica.
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El hall del bloque residencial, absolutamente inaccesible por su importante diferencia de cota, requería de fácil acceso para carritos y personas de movilidad reducida.
A pesar de la longitud del espacio, era imposible hacer una rampa, ya que bajo su forjado se encuentran albergados cuartos de instalaciones. Por lo que hubo que recurrir a la instalación de la plataforma elevadora.