Cuando todo parecía inmejorable.
En la ladera de una colina, con privilegiadas vistas al mar abierto, se levantan dos viviendas de gran personalidad. Los clientes, dos parejas de nacionalidad inglesa, tenían las ideas muy claras: comprar un terreno situado en este paradisiaco enclave de Isla Plana en el que poder seguir compartiendo buenos momentos junto a la piscina, teniendo como telón de fondo la bahía.
Como buenas amigas, las dos edificaciones aisladas comparten importantes elementos comunes. Ambas potencian al máximo el paisaje, liberando amplias terrazas en todos los niveles y direccionando al mar todas sus estancias. Las potentes torres de acceso, gemelas, adaptan la vivienda y sus garajes a la complicada orografía del terreno. Las grandes dimensiones de las carpinterías ubicadas en los salones de planta baja, equipados con cocinas abiertas y chimeneas de piedra, permiten la comunicación fluida con las terrazas frontales que alojan los porches chill-out, las piscinas de cascadas con jacuzzi y los jardines principales. De una forma más privada, las plantas superiores organizan estudios y todos los dormitorios, incluyendo sus vestidores y baños en suite.
Aunque compartan características, la esencia de cada pareja está muy presente en cada vivienda. La vivienda Harrod incluye reminescencias de la campiña inglesa en sus invertidas cubiertas inclinadas de teja plana, con vigueteado y entablonados naturales interiores, celosías de madera, estudio cerrado, salón de invierno con estufa de tradicional, vinoteca, terrazas exteriores resguardadas y cocina exterior con barbacoa. La vivienda Hardy, de estilo más minimalista y pregnante fachada, funde todos sus espacios en uno gracias a la doble altura del comedor como eje articulador, que enmarca el horizonte marino en sus 6 metros. A este espacio de esculturales luminarias colgantes abre el estudio y el ventanal lateral del dormitorio principal, equipado con vestidor y baño abierto integrado. Para aprovechar al máximo el entorno, su cubierta plana incluye entoldados correderos, almacenaje oculto para elementos de descanso o barbacoa y espacio para reunirse con seres queridos en torno al fuego.
Así, estas dos viviendas convierten el solar en el hogar perfecto para descansar y disfrutar del paisaje en este tranquilo y maravilloso lugar, solos o en compañía.
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Debido a la compleja forma de parcela y complicada orografía, para este proyecto se realizó también un pequeño trabajo de urbanismo: un Estudio de Detalle.
Fotomontaje inicial de una de las dos viviendas del conjunto para Isla Plana.