Con Ana nos une una relación amistosa-laboral desde hace más de una década, por lo que no dudó a la hora de renovar su antigua cocina.
Vino a su estudio de confianza y rápido consensuamos ambas ideas. Es poseedora de unas vistas privilegiadas, por lo que quería aprovechar esa luminosidad y esas vistas hacia la desembocadura, dejando completamente libre esa ventana, dónde actualmente ya tiene una mesa para hacer más agradables los desayunos, cenas, ...
Aunque en un principio iba a escoger el Silestone Altair para su encimera y un vidrio blanco para el frente, a última hora dio un vuelco a su decisión y optó por instalar la encimera y el frente en el mismo material: el siempre acertado Silestone Blanco Zeus.
A día de hoy, cada vez que hablamos nos da un poco de envidia diciendo lo contenta que está con su nuevo hábitat.
¡Enhorabuena Ana, que la disfrutes!
En este artículo