Un salón de belleza ubicado en Móstoles. El espacio era perfecto, pero estaba demasiado ocupado por puestos de peluquería que no se usaban, y el color azul de la tapicería no encajaba con el aspecto industrial del resto de la decoración. Se opta por eliminar puestos para generar otros usos. Tapizamos y pintamos en negro y blanco para cumplir con un presupuesto muy ajustado. Para este proyecto también se diseña la nueva imagen gráfica del salón, desde las tarjetas de visita, hasta la imagen de redes sociales y cartelería.
En este artículo
Así quedó finalmente la fachada, exacta a la propuesta, sin sorpresas.
Pintura. Una renovación económica.
El salón reconvertido.
Un espacio increíble, industrial, con un diseño gráfico y color que nada tiene que ver entre sí. Así lo encontramos.
Unos cambios sencillos, efectivos, y un diseño gráfico minimalista, acorde con la imagen industrial del salón.