Ocupando el lugar de parte de las tribunas de una antigua fábrica de salazón de principios del siglo XIX, apoyándose contro roca viva, nace la sede de nuestro estudio de Arquitectura. La única preexistencia es un tejado de teja cerámica de las de antes, artesanales, y una estructura de madera muy deteriordada. Se opta por rehacer totalmente el volumen manteniendo la misma línea de cubierta y las tejas. Al excavar se encuentran restos de los íos de la antigua fábrica y en la misma posición que se encuentran pero unos metro más arriba se convierten en un banco a modo de zócalo del volumen. Marcando la entrada y dándole un perímetro a la edificación se recupera otro elemento de la antigua fábrica, un canal por el que circulaba la grasa de la sardina. Un interior totalemente nuevo acotado y apoyado en las preexistencias
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