Se reforma la totalidad del local para convertirlo en un estudio de arquitectura.
El bajo contaba con dos baños en su parte trasera y una planta díafana el resto, dedicándose a la venta de ropa de tallas grandes.
Con la intervención se dota al bajo de un aspecto totalmente diferente, caracterizado por la calidez de la madera que envuelve en su totalidad el bajo, con un juego sutil de curva y contra-curvas definiendo distintos ámbitos.
La configuración espacial queda definida en tres estancias, donde existe una parte más pública, hacia la calle y donde están los puestos de trabajo, un sala de reuniones hacia el fondo y una sala intermedia, más privada.
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