En este artículo
- 1. ¿Qué uso le vas a dar?
- 2. ¿Qué fondo debe tener el aparador perfecto?
- 3. ¿Cuánto debe medir?
- 4. ¿Lo quieres con patas o sin patas?
- 5. ¿Cómo lo quieres por dentro?
- 6. ¿Y qué altura debe tener?
- 7. ¿Quién dijo que no puedes hacer tu propio aparador?
1. ¿Qué uso le vas a dar?
La mayoría de la gente usa el aparador para guardar platos, copas, ensaladeras, etc. y todo tipo de menaje que no usan en el día a día, pero sí en ocasiones especiales y que si no están accesibles, al final no se utilizan. Pero ojo, porque también hay personas que le dan otra utilidad, por ejemplo, como mueble para la televisión o para almacenar otro tipo de cosas, como mantelería o sábanas. Es importante saber para qué lo vamos a usar porque en función de ello, haremos una u otra selección. Sigue leyendo...
2. ¿Qué fondo debe tener el aparador perfecto?
Si su principal uso va a ser guardar el menaje y la vajilla, nuestra recomendación es que elijas un aparador con un fondo de 50 centímetros, que es el fondo estándar, ya que con esta medida, podrás almacenar en su interior, el menaje con holgura y sin problemas. Si el espacio no te lo permite y te tienes que ir a un aparador con menos fondo (de 30 cm), recuerda que no podrás guardar todo el menaje, pero sí las copas, vasos y botellas. Es otra opción.
3. ¿Cuánto debe medir?
Esta es otra de las grandes preguntas y la respuesta viene dada por el espacio que tengamos. Es importante no pasarse con el tamaño del aparador para que no se "coma" demasiado espacio del salón o del comedor y luego resulte un aparato tremendamente pesado, así que ten en cuenta que para que os podáis mover cómodamente alrededor del aparador, al menos debería haber unos 40cm para poder abrir las puertas cómodamente y que estas no choquen con otro mueble que tengas cerca.
4. ¿Lo quieres con patas o sin patas?
Obviamente los aparadores con patas ocupan más espacio y visualmente son más pesados, por ello la decisión de cómo elegirlo depende del resultado y del espacio que deseemos conseguir. Los hay que son más estrechos y se cuelgan de la pared, sin patas que se apoyen en el suelo, pero hay que tener cuidado y asegurarse de que los herrajes son lo suficientemente fuertes como para que soporten el peso y no tengamos ningún problema.
5. ¿Cómo lo quieres por dentro?
Otra de las grandes preguntas es cómo hacer la distribución interior y eso es importante, porque hará que nuestro aparador sea muy útil o nada útil. Para ello, es importante tratar de saber qué vamos a guardar en él y buscar qué distribución es la más idónea para cada familia (con baldas, con cajones, si se van a guardar botellas harán falta unas baldas de mayor altura, etc)
6. ¿Y qué altura debe tener?
Todo dependerá de dónde colocarlo, de los otros muebles que haya cerca y también de su estilo. No cabe duda que el aparador debe tener un estilo que combine con el resto de mobiliario de la estancia, para que reine la armonía y todo tenga cierta conexión. A la hora de elegir la altura, hay que tener cuidado y medir bien, el fondo, la altura y el volumen del aparador. Una buena idea es poner papel en el suelo simulando el volumen del aparador y papel en la pared simulando la altura y así, no nos llevaremos sorpresas.
7. ¿Quién dijo que no puedes hacer tu propio aparador?
No cabe duda de que un viejo aparador se puede convertir en el centro de atención de una cocina moderna. Eso sí, si antes se ha restaurado. Al final, cualquier pieza puede tener una segunda vida si sabemos cómo hacerlo y cómo sacar lo mejor de ella. Una buena restauración del mueble y una buena capa de pintura y ¡voilá, ya tenemos un aparador como nuevo en nuestro hogar!