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El Patio de La Habana. Antesala, espacio para el relax, para el café y la charla distendida.
La entrada, bañada por la luz de un patio interior increíble, y que se cubrirá de vegetación con el paso del tiempo. Luz y sombras que contrastan para resaltar el sol que entra por las ventanas.
Tras ver las maravillosas vistas del patio interior, a la izquierda nos recibe una enorme mimosa. Vegetación y color en un espacio intimista y distendido.
Todo espacio de trabajo necesita una recepción. El Patio de la Habana debía tener un diseño muy particular, como todos en realidad. Vegetación, sensación de elementos recuperados, y muchos elementos naturales, como el mármol y la madera, que se combinan con un sobre dorado. Y es que donde se hacen negocios, tiene que haber dinero.
Taquillas, mesas altas y bajas para trabajar según te apetezca.
Una gran sala con capacidad para casi 100 personas en la que realizar reuniones, eventos de networking, formaciones... Un espacio polivalente para generar negocio.