No sé vosotros, pero yo veo que los niños tienen también un montón de ropa y a veces, no sé muy bien cómo organizarla para encontrarlo todo fácilmente. Además, es importante que cuando los niños empiezan a tener cierta edad, puedan ser autónomos y ellos solitos puedan escoger la ropa e incluso vestirse. Eso hará que se sientan más importantes y sobre todo, eso contribuirá a su desarrollo motriz. Por eso, el armario de los niños puede dejar de ser un caos y convertirse en un espacio bien organizado que te ayudará a ti y a tu peque a que vestirse no sea una odisea.
El armario debe estar a su altura

Si queremos que nuestros pequeños poco a poco vayan cogiendo autonomía y vayan escogiendo la ropa de su armario, es importante que el armario esté construido a su altura. Si no, de poco servirá nuestras intenciones, si luego ellos no pueden llegar a las perchas o a las camisetas de forma fácil. Por eso, cuando son pequeños y estamos decorando la habitación, podemos instalar un armario o un mueble similar con una barra y la ropa colgada. Eso sí, ten en cuenta la altura de tus hijos porque es clave que ellos puedan llegar a las perchas. Cuando crezcan, sustituiremos este mueble por un armario de mayores dimensiones.
Barra, cajones y baldas, ¿qué te interesa más?

Un buen punto a tener en cuenta es organizar el interior del armario con diferentes posibilidades: una barra para colgar abrigos y camisas. Los cajones puedes usaros para guardar la ropa más delicada: bodies, camisetas interiores o pijamas y las baldas las puedes destinar a las camisetas del día a día o sudaderas. Haciendo esta repartición, encontrarás mucho más fácilmente lo que busques en cada momento.
Un cajón en la parte inferior para zapatos

Otro de los quebraderos de cabeza a los que nos enfrentamos a la hora de vestir a los niños es el momento de los zapatos. ¿Dónde están?, ¿por qué están desparejados? La cuestión es que los zapatos -no sabemos cómo- se pierden con mucha facilidad. ¿No os pasa a vosotros? Y una recomendación es tener un espacio en el armario: un zapatero, una balda o un cajón destinada a zapatos y zapatillas. ¡Así no se perderá nada!
Organizar la ropa por tipología o color

Si bien es cierto que cada uno busca la manera en la que le es más cómodo organizarse, muchos adultos organizan su ropa por colores: los azules juntos, los blancos, los negros y marrones... El problema que encuentro yo a la hora de aplicar esta misma máxima en el armario infantil es que la ropa de los niños no suele ser monocromática sino llena de color y claro, ¡ahí sí que veo dificultad en organizar por colores!
Por eso, hay otra manera de clasificar la ropa y es por tipología: en la parte superior lo que menos se utiliza (quizá los chalecos de plumas, abrigos y cazadoras) y en la parte inferior: zapatos, sudaderas y camisetas.
Usar cajas para guardar los complementos

Podemos comprar cajas para guardar los complementos o las cosas más delicadas. Por ejemplo, gorras, pañuelos, bufandas, gorros y hasta calcetines, que no se ponen a diario salvo en invierno, podemos guardarlo todo en cajas y separar así este tipo de complementos de la ropa del día a día. Puedes elegir cajas de diferente forma y color para clasificar los complementos y luego poder encontrarlo todo más fácilmente.
Una cómoda: el mueble complementario perfecto

Muchas veces, la falta de espacio en el dormitorio de los niños hace que no podamos tener un armario grande y que no podamos organizar la ropa como deseamos. Por eso, otra solución es comprar una cómoda que nos permita guardar en cajones la ropa más delicada o la del uso diario. Los calcetines, la ropa interior, las camisetas y pantalones que usan los niños cada día pueden guardarse en la cómoda y así, cada mañana encontraremos la ropa sin dedicarle mucho tiempo.