¿Cómo elegir apliques o lámparas para cada estancia de tu casa?

El salón es la parte de tu casa que más disfrutáis. Además, de un tiempo a esta parte se ha convertido en un espacio más amplio, donde se agradece la entrada de luz natural para poder hacer más cosas que ver la televisión o comer. Ahora es espacio de juegos, de trabajo, rincón de relax... Para que siempre esté a la altura de vuestras expectativas tienes que dotarlo de buena luz general. Esta se consigue con focos en el techo halógenos (empotrados, de superficie o tipo riel) o, como en el ejemplo de la foto, con plafones decorativos. 

Una vez que tenemos la luz general resuelta toca decidir dónde pondremos otros puntos de luz que ayuden a zonificar y a la vez diferenciar varios ambientes. Para la zona del sofá, por ejemplo, podemos usar una lámpara de pie y colocarla a un lado, otra de sobremesa sobre una mesita, o una tira de led en el perfil del techo, para ver la televisión con una luz tenue. Si te gusta leer y tienes un rincón dedicado a este fin en el salón, te hará falta un punto de luz en forma de lámpara de pie para no dejarte la vista. Por otra parte, está el tema de la domótica. Ahora hay soluciones que se manejan desde el móvil y que permiten bajar la intensidad para controlar también el gasto de luz. 

Depende de muchas cosas, pero sobre todo del espacio disponible. Lo mejor de los apliques es que se colocan en la pared y permiten poner debajo un sofá, un mueble, un espejo o incluso un cuadro. Si eliges un modelo regulable, podrás jugar con la altura de la luz y así conseguir más luz general por arriba, o más focal para un ambiente más íntimo. Las lámparas colgantes o de pie ocupan más espacio, pero también son muy decorativas. Puedes mezclar lámparas de distintos estilos para crear un ambiente único y añadir apliques para resaltar un cuadro o enfocar algo que te interese destacar. 

Tiene que ser un espacio calmado que contribuya al descanso. Partiremos de una luz general, en forma de plafón, o de lámpara de techo que además de iluminar, decore. Dependiendo del estilo de la habitación podemos pensar en fibras naturales, lámparas de cobre, focos de techo, etc. Siempre con luz amarilla para incrementar esa sensación de calidez de la que os hablamos. Después, añadiremos otros puntos de luz junto a la cama, ya sea con lámparas de sobremesa en las mesitas, colgantes del techo, o apliques en la pared del cabecero. Los leds sirven también para iluminar todo el perfil del cabecero, o la zona de detrás de la moldura junto al techo, creando un ambiente muy íntimo. 

Tanto si tienes un armario exento, como si es empotrado y está dentro del dormitorio, hay que planificar una luz suficiente. Ni tan escasa que andemos a tientas, ni tan excesiva como la de una tienda de ropa. El término medio pueden ser unos apliques que coloques delante del vestidor, combinados con luz interior. ¿Y si no hay instalación para ponerlos? Pues habrá que crearla, o pensar en una solución muy socorrida: las lámparas con pilas recargables. 

Bastará con un par de apliques en la pared, o una lámpara de sobremesa para conseguir ese punto de calidez que se espera al entrar a una casa. Últimamente se combina también con tiras de led entre la pared y las molduras del techo, que se alargan por el pasillo creando una atmósfera muy agradable. ¿Y focos empotrados o rieles de focos? Los empotrados son una buena solución si el techo es bajo, además no pasan nunca de moda. Las rieles de focos (o focos de superficie) solo te las recomendamos si el techo es muy alto, para engañar al ojo con la altura. También está la opción de los apliques empotrados en la parte baja de la pared (mira el ejemplo de la foto). Una opción muy decorativa y que permite crear un guiño de frescor con jardines interiores. ¡Menuda ideaza! 

Está muy bien que el baño sea una estancia agradable y bonita, pero sobre todo debe de ser práctico. Para ello, combina luz general con apliques. Para la primera, se suelen usar varios puntos de luz en el techo: junto al lavabo y en la zona central. La puntual, la podemos usar junto al tocador. Y la indirecta, a ambos lados del espejo aportando una luz intensa para afeitarse o maquillarse sin generar sombras. Los apliques de baño son la opción ideal para conseguirlo. Eso sí, tienes que elegirlos aptos para zonas húmedas. Y más leds, ahora detrás de los espejos retroiluminados y debajo de los muebles de baño haciendo que visualmente floten. 

En la cocina aprovecharemos al máximo la luz natural. Independientemente de si es una cocina más grande o pequeña, clásica, moderna o rústica hay que configurar un proyecto de iluminación que incluya luz general en el techo y distintos puntos focales para otras zonas: el fregadero, la zona del office... Para la general se suelen usar downlights. Tienen un ángulo de luz muy abierto y fáciles de mantener limpios. Para trabajar mejor sobre la encimera: tiras led debajo de los armarios, o focos orientables si no hay muebles altos. ¿Y dentro de una vitrina o la despensa? Se pueden poner, pero busca asesoramiento profesional antes de ponerlos (recuerda que los focos general calor). Y para terminar nos queda el office. Si lo tienes, puedes usar una lámpara o varias (si es una mesa grande), o un foco orientable desde la pared. En el caso de las barras quedan genial los led. Mira la foto y ¡convéncete! 

¿Y tú, eres más de lámparas o de apliques? Ya ves que bien utilizados nosotros somos partidarios de los dos. Anímate a dejar tu comentario.