El cliente me pidió crear una cocina de tendencia, lujosa y atrevida que tuviera capacidad para 8 comensales. La idea era conseguir una cocina que apareciera oculta y a primera vista resultara un salón-comedor. En el proyecto se incluyeron elementos de rabiosa actualidad como son la baldosa hidráulica, el color turquesa y el dorado así como clásicos como un banco a modo de sofá chester y las famosas sillas Ghist de Philippe Stark. Se incluyeron una chimenea de Bioetanol y una pantalla de tv en la pared trasera aprovechando un hueco de una columna.
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